Tras el coronavirus los ciudadanos de Ibiza han demostrado este jueves que había muchas ganas de disfrutar de nuevo con la visita de los Reyes Magos apretados unos con otros, luchando por hacerse un hueco, grabando todo con los móviles o peleando por conseguir hasta el último de los caramelos que se lanzaron.
De hecho fueron recibidos como estrellas del deporte, del cine o de la música cuando llegaron a las seis y media al pequeño muelle de Ses Figueretes. Y es que tras ser recibidos por una amplia comitiva del Ayuntamiento, encabezada por el alcalde Rafa Ruiz, Melchor, Gaspar y Baltasar tardaron bastante tiempo en recorrer a pie un pequeño tramo mientras chocaban las manos y se hacían fotografías con la muchedumbre allí congregada.
Después, una vez en sus respectivas carrozas hubo momentos de cierta confusión ya que desgraciadamente para los asistentes la marcha comenzó muy lenta y los tres Reyes Magos se hicieron esperar a su paso por la calle País Vasco para desesperación de muchos presentes. Lo cierto es que entre la comitiva de AcrobatiK Ibiza que abría la marcha con sus originales globos y sus trajes con osos a sus espaldas y la carroza de Melchor hubo que esperar más de media hora. Incluso, el retraso fue tanto que algunas comparsas se quedaron sin música, sin coreografía y con sus bailarinas estirando para no quedarse frías.
Finalmente, la marcha cogió ritmo haciendo las delicias del público y de muchos jóvenes que no sabían muy bien si grabar con el móvil o lanzarse a coger los caramelos como si no hubiera un mañana, generando momentos de pequeño caos.
Poca Navidad y mucho carnaval
La cabalgata enfocada en destacar los juegos tradicionales, la lectura, la danza y la cultura resultó vistosa y colorida aunque, como suele suceder en ocasiones, las coreografías no tuvieran mucho que ver con la Navidad y si más con el Carnaval. A pesar de ello, los más de 260 participantes lo dieron todo para que todo el mundo se marchara a casa con buen sabor de boca.
Las primeras después de AcrobatiK Ibiza fueron unas 50 bailarinas del Centro de Danza Ibiza que daban paso a la carroza de la música con trajes crema, blancos y rosas inspirados en el ballet clásico, y después, fue el turno de la carroza de los juguetes precedida por representantes de Passion Dance que deslumbraron con sorprendentes trajes rojos de factura envidiable, monos del mismo color y bailarinas que parecían las clásicas majoretes. Lo mismo sucedió con la carroza de los libros, que sorprendió llevando encima una mamá que contaba un cuento a dos niñas y por las bailarinas de corta edad vestidas de escolares de Davinia Van Praag.
Finalmente llegó el momento más esperado, ver pasar a Melchor, Gaspar y Baltasar, quienes desfilaron junto a representantes de Davinia Van Praag, Estudio Tanit y Club Gimnàstic Eivissa en unas preciosas carrozas diseñadas por Rodrigo Martins. En ellas, mientras lanzaban caramelos y respondían a los vítores de la gente llegaron finalmente al Paseo Vara de Rey, donde volvieron a vivir su particular momento de gloria a la espera de comenzar a repartir los regalos casa por casa.