Cada 24 de octubre los vecinos de Sant Rafael celebran su día grande. Y es que la colla, la misa, los bunyols y la procesión consiguen crear un ambiente festivo y familiar para celebrar este día tan especial en honor a su patrón, el arcángel Sant Rafel.
Este día tan emblemático estuvo marcado por un sol que hacía resplandecer la sencilla pero robusta fachada de la Parroquia de Sant Rafel. El obispo de Ibiza y Formentera, Vicent Ribas, se preparaba para la esperada misa mientras los vecinos iban llenando la plaza de la iglesia con sus mejores galas. Un ambiente familiar y caras de alegría marcaban la mañana y antes de las doce ya iban ocupando los bancos de la parroquia quienes querían asegurarse un buen sitio. También marcaba este ambiente de cercanía los representantes del Ayuntamiento quienes, entre saludos, llegaban hasta a los bancos delanteros; y la colla del pueblo, como de costumbre, entró bailando al son de las castanyoles.
A las 12 horas comenzó la misa en la que el obispo recordó a la figura de San Rafael como «medicina de Dios» de cara a los corazones de las personas y sobre todo mencionando las guerras que acontecen en el mundo al igual que la «ambición» que les precede.
Sobre las 13.30 horas terminaba ya la misa para dar lugar a la procesión que bordeó la iglesia con importantes figuras como el santo de la parroquia, el Niño Jesús o la Virgen María, cargados por los vecinos del pueblo.
Unos minutos más tarde en el lateral izquierdo la numerosa Colla de Sant Rafel comenzó con su actuación. Salieron al baile desde niños pequeños hasta mayores del pueblo, pasando por el propio alcalde o la fundadora del grupo quienes no pudieron resistirse a la invitación.
Después de la tradicional demostración y para finalizar todo el pueblo pudo refrescarse y llevarse a la boca los típicos orelletes y bunyols.