El Belén a tamaño natural que todas las Navidades montan en el patio de su casa de Dalt Vila Jesús García, Traspas, e Isabel Delgado, Torijano, se ha convertido ya en uno más de los acontecimientos que tradicionalmente anuncian la llegada de las fechas navideñas a a la isla de Ibiza.
Una iniciativa que la pareja puso en marcha en 1999 para celebrar la declaración de Dalt Vila como Patrimonio de la Humanidad y que, 24 años después, vuelve a la calle Mayor de Dalt Vila para llamar la atención de los visitantes de la ciudad antigua.
Un cartel en la entrada invita a aplaudir a los curiosos que se asomen para que un gran búho les dé la bienvenida en forma de sorpresa. Un búho que es ya veterano en este portal pero que, tal como observa Traspas, «este año nos ha atraído a dos familias más de búhos».
Una tradición
El veterano vecino de Dalt Vila continúa apuntando novedades respecto al vigésimocuarto Belén que ha montado en su portal y es que «la última adquisición es una gran serpiente que, junto a otras más pequeñas, está asediando a una sargantana». «Esto es para reivindicar lo que está pasando con el tema de las serpientes y las sargantanes en Ibiza», aclara García subrayando el carácter reivindicativo de su Nacimiento. «Otra de las reivindicaciones que ponemos sobre la mesa en este Belén es la igualdad, por eso las figuras de María y José son negras», continúa describiendo Jesús para acabar apuntando a la estrella de Navidad que corona el portal y que «tiene los colores del arcoiris para reivindicar que todos somos iguales y que nadie tiene por qué meterse en la vida de los demás».
Además de las novedades, todo un surtido de animales, ocas, cerdos, cabras, corderos, conejos, un flamenco acompañan a José y María, que permanece embarazada hasta la Nochebuena. «Hemos estado tres días para montarlo», explica Torijano quien reconoce que, para el montaje, la pareja ha contado «con la ayuda de toda la familia: nuestros hijos y nietos han contribuido en el montaje, como siempre, para terminar celebrando una cena», explica.
Este característico portal de Belén, en pleno calle Mayor de Dalt Vila, se ha convertido en un atractivo para los visitantes ya que «la gente ya viene buscándolo», admite Traspas, quien espera que su su «nuevo vecino, con el que nos llevamos muy bien», en referencia al obispo, «venga a verlo y, si le parece bien, nos lo bendiga», concluyeron esta pareja de simpáticos vecinos.