Como cada año, Sant Antoni ha acogido la tradicional caminata nocturna ‘Anem de lluna i miren-nos sa flor', una de las actividades más populares de las fiestas de Santa Agnès de Corona. La actividad, organizada por el Club de Ciclista de Sant Antoni, es una fecha marcada en el calendario para muchos ibicencos con el objetivo de disfrutar de una ruta en luna llena y ver el espectáculo visual de los almendros en flor.
En total, se han congregado más de 700 personas en el Passeig de ses Fonts del municipio, lugar de donde ha comenzado la ruta a las 18.30 horas. «El recorrido sigue siendo el mismo que años atrás, salimos hasta Can Coix, después bajamos hasta la playa de Cala Salada y finalizamos en Santa Agnès», señaló Matías, miembro del club. Todo ello acompañado de Policía Local, coches de Protección Civil y varios ciclistas, tanto al principio del recorrido como al final asegurándose que «la gente no se perdía». Asimismo, y aunque las temperaturas no eran excesivamente frías, el Ayuntamiento repartió prendas de abrigos para todos los participantes.¡
Cambio horario
Sin embargo, este año la hora ha sido un poco más temprano que lo previsto. «Este año la caminata ha caído unos días más pronto que otros años, por la luna llena, y también de hora ya que solía ser a las ocho de la tarde», señaló Vicente, uno de los participantes más veteranos de la ruta habiendo participado nueve veces consecutivas. Tal y como señala Lidia, una vecina del municipio, eso ha influido a la hora de que menos gente haya participado que en otras ocasiones. «Varios conocidos que la hacen cada año este no han podido asistir porque siguen trabajando», señaló.
No obstante, eso no ha sido impedimento para que veteranos y novatos hayan disfrutado de una ruta nocturna de más de 10 kilómetros. «La hice hace un par de años y en esta ocasión me ha pillado en la isla y puedo volver a hacerla», explicó Sergio. Junto a Sergio se encontraba su tocayo Sergio al que conoció minutos antes al preguntarle sobre la caminata. «Es la primera vez que me animo a hacerla y estaba preguntando consejos», dijo riéndose. Aunque la ruta es dura también se han podido ver a algún que otro niño acompañado de sus padres. «La hicimos por primera vez hace unos cuatro años y hoy venimos con el peque», señaló María, acompañada de su pareja y de Lucas, su hijo de 10 años. «Aunque hoy venimos más preparados, con ropa de abrigo y un bastón de senderismo», puntualizó entre risas.