Sa Colla de Labritja celebró el pasado domingo su particular fiesta de fin de curso. Una celebración que se inició con una pasacalles por el paseo marítimo de sa Cala, donde una representación del grupo folklórico formado por más de una treintena de miembros hizo saltar de las hamacas a la multitud de bañistas que a mediodía tomaba el sol en la playa.
Entre los balladors y balladores que participaron en el evento también había los benjamines de Sa Colla de Labritja que este curso han tomado clases todos los lunes para aprender los primeros pasos del ball pagès. En total, 17 niños y niñas de entre 11 y 3 años para los que, en algún caso, la del domingo fue su primera actuación en público bajo la atenta mirada de sus orgullosos padres y abuelos, muchos de los cuales ya son miembros de la colla desde hace años.
Tras la ballada en sa Cala, la celebración se trasladó al centro social de la localidad, junto al Camp d’Aprenentatge, donde los cocineros oficiales del grupo, Vicent y Lali de ca na Blaia, prepararon una deliciosa paella con la ayuda de otros padres.
Tras el ágape y como premio a su buen hacer y comportamiento semana tras semanas, los pequeños del grupo recibieron una orla con las fotografías de los componentes más jóvenes del grupo y de los maestros que les han acompañado este curso. Además, recibieron una medalla y una camiseta oficial de Sa Colla de Labritja con su nombre.
El grupo folklórico de Sant Joan, que reúne a balladors de las parroquias de Sant Vicent, Sant Llorenç y Sant Joan, cuenta con un nutrido calendario de ballades este verano, con lo que las clases de ball pagès se retomarán en otoño.