Santiago de Fuentes es titulado superior en danza por el conservatorio superior de danza ‘Maria de Ávila’ (Madrid, 2015). A lo largo de su trayectoria, ha bailado en multitud de tablaos en España y en el mundo, destacando el prestigioso tablao ‘Corral de la Morería’ en Madrid. Desde 2009 y al frente de sus propias producciones, ha hecho disfrutar al público en escenarios internacionales de países como Marruecos, Rusia, Japón, China o Arabia Saudí. Tras dirigir el ‘Beijing Flamenco Ballet’, actualmente compagina su trabajo escénico internacional, con la labor docente en el Conservatorio Profesional de Danza de Ibiza. El espectáculo que presentará el próximo día 10 ‘Aire Flamenco’ es una propuesta cargada de fuerza, elegancia y emoción que acerca al público a la esencia del flamenco.
—¿Qué espectáculo tienes preparado para el próximo día 10?
—Presento mi espectáculo ‘Aire Flamenco’, estrenado en Cádiz y que forma parte del circuito ‘Flamenco Viene del Sur’ de la Junta de Andalucía, y representado en países como Japón, China o Rusia.
—¿Hay afición al flamenco?
—El flamenco es Patrimonio de la Humanidad y, aunque creo que se le sigue dando más valor fuera de nuestras fronteras, poco a poco va obteniendo su lugar en Ibiza. Hay mucha afición por el flamenco, y estoy seguro de que con el apoyo que reciba por parte de las instituciones irá a más.
—¿Qué supone actuar en las Festes de la Terra?
—Para mí es muy importante, ya que he vuelto a esta tierra después de 20 años. Es un reencuentro conmigo mismo y con el pueblo de Ibiza. Curiosamente, me fui de Ibiza a Madrid a estudiar el conservatorio superior y seguir formándome. Después de terminar mis estudios y dar la vuelta al mundo como docente, bailarín y coreógrafo, he vuelto a Ibiza 20 años después como profesor del Conservatorio de Danza de Ibiza.
—¿Qué emociones buscas despertar en el público?
—Espero que el público pueda sentir mi flamenco desde mi punto de vista, desde mi mirada, desde mi propia piel y de mis propias vivencias a través de toda mi trayectoria.
—¿Alguna actuación que recuerdes especialmente?
—Recuerdo muchas actuaciones en lugares muy especiales como Japón, China, Rusia, Arabia… pero ahora especialmente, recuerdo una de mis primeras producciones que presenté en Ibiza en 2005 en el Teatro de Can Ventosa: ‘Federico, vida y muerte de un poeta’, con un elenco de músicos maravillosos y bailarines todos ibicencos. Espero retomar este proyecto en breve.
—¿Cuál ha sido tu mayor reto profesional hasta ahora?
—Sin duda, crear, coreografiar y dirigir el Beijing Flamenco Ballet. Con el apoyo del Instituto Cervantes de Beijing y la Embajada de España en China, creé este ballet con músicos y bailarines chinos.
—¿Qué energía transmite tu espectáculo?
—El espectáculo transmite la fuerza del flamenco, a la vez que la elegancia y sutileza de la danza española, emociones y sensaciones que te llevan a los rincones de Cádiz, mi tierra natal, la magia de Granada o el aire de Málaga. Es un paseo por el sur y por mis vivencias.
—Algo que hayas aprendido de tus propios alumnos...
—Los alumnos me enseñan cada día, son el espejo en el que se mira un profesor y donde proyecto mis conocimientos, sobre todo cuando formo a futuros bailarines. Actualmente, mi trabajo en el conservatorio me permite resaltar la importancia de los conservatorios profesionales públicos, que ofrecen una formación reglada y oficial. Los alumnos tienen la gran oportunidad de formarse en un centro público donde, a diferencia de un centro privado, pueden estudiar con profesores titulados y obtener un título oficial al terminar sus estudios, lo cual les abrirá las puertas del mundo laboral.
—¿Qué disfrutas más: bailar, crear o enseñar?
—Son tres trabajos que se complementan y que no sabría cual elegir. Disfruto de diferente forma pero con la misma intensidad.
—¿Qué valores intentas transmitir como maestro del flamenco?
—La danza intrínsecamente inculca muchos valores como la disciplina, el esfuerzo, el respeto hacia la figura del maestro, la puntualidad y el orden. En el flamenco, además, intento que entiendan el contexto cultural, histórico y la evolución para poder entender mejor y transmitir así el carácter de cada baile.
—¿Cuál es el mayor regalo que te ha dado el flamenco como forma de vida?
—El flamenco es mi vida. Gracias al flamenco pude conocer muchas culturas diferentes desde dentro; me ha hecho reír, llorar, emocionarme, enamorarme y desenamorarme. Me ha dado mucho y también me ha quitado muchas cosas. Pero mi baile siempre me ha acompañado en mis buenos y malos momentos. No podría entender mi vida sin el flamenco.