El programa terapéutico y deportivo ‘Un mar de posibilidades’, coordinado por Pedro Cárceles en colaboración con el Club Náutico de Ibiza, ofreció de nuevo este viernes la oportunidad de vivir el mar a colectivos que normalmente no tienen acceso. De mayo a octubre, decenas de colectivos participan en sus sesiones, entre ellos niños, jóvenes y adultos con diversidad funcional, personas en riesgo de exclusión social o, como este viernes, los mayores de la residencia Reina Sofía.
Ramón Arenaza, patrón del programa, explicó que es una propuesta que genera cambios importantes: «Básicamente, lo que tratamos de hacer es acercar el mar a personas con discapacidad intelectual o física y a colectivos vulnerables, a través de un programa con dos vertientes: una deportiva y otra terapéutica». Cada jornada se adapta al grupo participante. En el caso de los mayores, las actividades comienzan en tierra con terapias de relajación, masajes de pies con arena —‘la samoterapia’, detalla Arenaza— o el uso de arcillas rojas y grises. Después llega el turno del mar, gracias a una plataforma de hidromasaje remolcada por una motora, que permite a los participantes disfrutar de un baño en mitad de la bahía. «Incluso aquellos que necesitan silla anfibia tienen la posibilidad de embarcarse. Procuramos que todo el mundo, independientemente de su movilidad, pueda tener esa experiencia», añade.
El impacto va mucho más allá del momento en el agua: «La respuesta suele ser de felicidad. Los cuidadores nos dicen que están toda la semana esperando el día que les toca venir. Muchos no habían tenido la oportunidad de bañarse en años», subraya Arenaza.
La planificación del calendario también tiene en cuenta las condiciones del mar y la edad de los grupos. Así, las residencias geriátricas se concentran en pleno verano, cuando la temperatura del agua es más cálida y confortable para las personas mayores, mientras que en mayo y septiembre participan otros colectivos, como usuarios de salud mental.
En total, a lo largo de la temporada, el programa acoge alrededor de 400 usuarios. Esta cifra se suma a la actividad de la escuela de vela del Club Náutico Ibiza, donde este verano han participado más de 200 personas en los cursos de iniciación, perfeccionamiento y programas para adultos.
Sebastián Vidal, director técnico de la escuela, valora positivamente los resultados: «Ha habido alrededor de 210 participantes entre julio y agosto. Los niños han disfrutado, han aprendido las primeras nociones de navegación y los cursos de adultos han servido para profundizar en los trucos de la vela. La respuesta ha sido muy buena».
El Club Náutico de Ibiza, además, este año ha celebrado su centenario. Vidal destaca la importancia de programas como el de ‘Un mar de posibilidades’: «Realizan una labor estupenda acercando el mar a personas con necesidades especiales. Entre todos remamos para que esto siga adelante y continúe abriendo puertas a toda la sociedad».