La sala de exposiciones de Can Curt acoge desde este jueves la muestra ‘Mar i Terra’, una exposición conjunta organizada por las asociaciones de mayores de Sant Josep y Sant Agustí dentro de la semana ludolingüística ‘Units pel nostre parlar’. La iniciativa reúne piezas ligadas al mundo del mar y del campo, dos pilares que durante generaciones sostuvieron la vida en la isla. La exposición puede visitarse de jueves a domingo en horario de 19 a 21 horas.
El presidente del club de mayores de Sant Josep, Toni Cardona, más conocido como Toni Pujollet, explicó que buena parte de los objetos expuestos en su sección pertenecieron a su padre, maestro artesano especializado en la construcción de embarcaciones tradicionales. «Hay plantillas que a simple vista parecen simples papeles llenos de rayas, ángulos y números, pero son cálculos muy precisos que permitían dar forma a los llaüts», explicó. Con apenas un compás, una aixa o hacha de carpintero y algunas garlopas, los carpinteros levantaban barcos que han navegado por el Mediterráneo durante décadas.
Entre las piezas más singulares figuran herramientas con las iniciales del padre de Cardona, datadas en 1929 y 1930. También se exponen plantillas que servían para medir los ángulos de la proa o la copa de las embarcaciones. «Con esas guías se conseguía armonizar los cortes de madera para que luego encajaran perfectamente las tablas del casco», señaló el presidente, que subrayó el ingenio de aquellos artesanos que, aunque no tenían formación académica, aplicaban conocimientos matemáticos y geométricos con precisión.
La asociación de mayores de Sant Agustí, por su parte, ha reunido objetos ligados a la vida payesa. Su presidente, Pep Maria Ribes, detalló que se trata de utensilios que hace más de un siglo eran indispensables en cualquier casa rural. Se pueden ver piezas de cestería utilizadas para transportar productos al mercado, objetos de esparto destinados a los animales, olleras para batir el cereal, morrales para la alimentación del ganado, moldes para confeccionar espardenyes y hasta pesas y balanzas que se empleaban en las antiguas tiendas.
Muchos de estos artículos han sido cedidos por vecinos y socios de la asociación, aunque una parte importante procede de la colección particular de Pep de Baix, un vecino de Sant Agustí que lleva años recopilando objetos antiguos. «Con lo que tiene podría montar un museo», destacó Ribes.