El Ayuntamiento de Santa Eulària celebró esta semana un acto muy especial dentro del Día del Turista con el reconocimiento a Daniel Pérez y Fina Aledo, una pareja de Sabadell que desde octubre de 1972 no ha faltado a su cita con la isla. Cincuenta y tres años de visitas que ya no se entienden como turismo, sino como una historia de amistad y de vida compartida.
Daniel conoció Ibiza antes que Fina. «Yo hice aquí el servicio militar», recuerda. Durante aquella etapa trabó amistad con Manolo, un joven de Sant Carles. «Cuando nos casamos ya vine con ella, de viaje de novios. Yo ya me lo conocía bien, y además tenía ese amigo que nos llevaba a todas partes con su coche». Así arrancó una relación con la isla que no se ha interrumpido desde entonces.
En los primeros años, la pareja se alojaba en una casita que la familia de su amigo tenía en Sant Carles. Más tarde, cuando sus amigos levantaron una casa en Santa Gertrudis, ese pasó a ser su lugar de referencia. «Vamos allí siempre, cada año. Es como estar con la familia», dice Fina.
Las anécdotas son incontables. Una de las más llamativas la recuerda Daniel: «Un día Manolo nos presentó a la familia de su novia. Y resulta que el hermano de ella había estado conmigo en la mili, en el cuartel de Dalt Vila. Le reconocí enseguida. Fue una sorpresa muy grande».
Desde entonces, la vida de la pareja en la isla se ha mezclado con la de sus amigos ibicencos. Han asistido a bodas, comuniones y bautizos, han visto crecer a los hijos de Manolo y hoy forman parte de un grupo de amistades más amplio. »Nosotros somos los catalanes de la familia, y ellos vienen también a Sabadell. Es una relación de ida y vuelta», cuenta Fina.
El paso del tiempo les ha permitido ser testigos de los cambios en el municipio. «Donde hoy está el paseo marítimo antes pasaba la carretera. Ahora es una maravilla caminar por ahí hasta la desembocadura del río», explica Daniel. También destacan el crecimiento urbanístico y el ambiente que se respira en Santa Eulària. «Antes todo era mucho más pequeño, más familiar, pero ahora han hecho cosas muy bonitas», añade.
La pareja suele pasar temporadas largas en la isla, en distintas épocas del año. Recuerdan especialmente una vez que vinieron con unos amigos que hicieron en el Camino de Santiago, y con los que hicieron a pie la vuelta a Ibiza. »Les encantó. Decían que no tenía nada que ver con Menorca, donde hicimos juntos el Camí de Cavalls», recuerda Daniel. En otra ocasión coincidieron con las fiestas de Santa Eulària y disfrutaron del desfile de carros y caballos en pleno centro del pueblo.
Fina conserva una imagen muy clara de cómo era la isla cuando llegó por primera vez. «El aeropuerto era pequeñito, con un puente muy bonito para entrar. Hemos visto Ibiza de muchas maneras y siempre ha sido acogedora. Cuando llegamos, estaban los hippies, y para mí, que no salía mucho de casa, fue algo sorprendente. Era otro mundo».
Después de tantos años, el vínculo con la isla va mucho más allá de lo turístico. «Lo primero que hacemos siempre es reunirnos con los amigos, bajar a comer juntos o dar un paseo por la capital», explica Fina. «Ibiza para nosotros es nuestro segundo hogar. No nos cansamos de venir. Cada vez que volvemos vemos cosas nuevas, cosas que han cambiado».
El acto de reconocimiento del Ayuntamiento fue para ellos un momento inesperado y muy emocionante. «No nos lo esperábamos, fue una sorpresa», confiesa Fina. «Nos acompañaron los amigos, nos recibió la alcaldesa… Estuvimos muy contentos y agradecidos».
Cincuenta y tres años después de aquella primera visita, Daniel y Fina siguen fieles a su cita anual con Santa Eulària. »Mientras podamos, seguiremos viniendo. Esta isla es parte de nuestra vida».
XGracias por darme la razón,y por sólo haberme llamado inútil. No se me sulfure y se nos ponga malo ,que no querríamos perdernos ,durante un largo tiempo,sus tergiversaciones y malmeteduras,y sin contar con sus ilustrativos copias y pegas ,porque,sin ellos no sabríamos nada .