El mercadillo navideño de Vila abrió este fin de semana con un cambio importante en su distribución. Todas las casetas se concentran este año en el paseo central, lo que ha dado más continuidad al recorrido y una imagen más unida. El sábado, día de inauguración, ya se vio mucho movimiento y el domingo la actividad continuó con buen ambiente, con familias, turistas y compradores adelantando sus compras navideñas.
Artesanía local
Entre los primeros en recibir visitantes estaba Miguel Ángel Guillem, maestro artesano y uno de los puestos más reconocidos del mercado. En su caseta se exhiben belenes ibicencos hechos en cerámica y madera, escenas interiores y piezas inspiradas en comercios tradicionales. «Llevo más de 35 años con esto. Empezó con un pesebre que monté en mi tienda del Mercat Vell y desde entonces no he parado» explicaba mientras atendía a clientes que ya lo buscan cada año. Según él, esta edición ha arrancado con más afluencia «y está más colorido, más vistoso. Centralizarlo aquí ha sido un acierto porque lo del sábado fue desbordante».
Las casetas de artesanía se suceden a lo largo del paseo. María José, ceramista de segunda generación, contaba que ha incorporado colores más actuales a sus piezas sin renunciar al trabajo manual. A su lado, Carol, artesana de joyas, exponía colgantes y anillos en plata inspirados en elementos de Ibiza. «El sábado hubo muchísima gente. Tener música y gastronomía cerca da más ambiente» señalaba mientras colocaba un par de pendientes.
En el tramo inicial de las casetas se encuentra Daniel Lloyd, de Los Valencianos, con sus turrones y dulces. Este año han añadido pistacho y avellana tostada con sal de Ibiza y bombones con aceite de oliva virgen extra. «Intentamos traer algo diferente cada Navidad. A la gente le gusta tener un dulce especial en la mesa» comentaba.
Panettone y tradición
Uno de los puestos más visitados es el de Antonio Grusso, especializado en panettone italiano. Lleva ocho años participando en el mercadillo y asegura que el producto se entiende cada vez mejor. «Yo solo vendo panettone de calidad suprema. La gente que compra vuelve porque no tiene nada que ver con uno de supermercado» decía. También celebraba que este año todo estuviera unificado en un mismo espacio. «Hace ocho años estaba todo repartido. Ahora es más lógico. La gente sabe dónde venir», añadía.
Vecinos, turistas y familias
El domingo el mercadillo reunió a vecinos y turistas. Ana Torres, vecina de Vila, paseaba con sus dos hijos, que esperaban para subir al carrusel. «Es más cómodo para venir con niños» decía. Entre la gente también se veía a turistas como Sofía y Martin, de Argentina, que buscaban adornos hechos a mano. «Queremos llevarnos algo que no sea lo típico. Pasaremos la Navidad con amigos en un apartamento y queremos decorar un poco» explicaban.
Otros visitantes venían con tiempo, antes de que se acaben lo productos. Javi y Nuria, ibicencos, revisaban cajas de bolas y figuras para el árbol. «Luego en diciembre se agota todo. Venimos a comprar lo básico y así ya lo tenemos hecho» contaban. Su plan de Navidad es sencillo es cenar en familia y regalos par todos.
Una pareja joven, Laura y Héctor, comentaba que habían aprovechado para mirar ideas para el amigo invisible. «Es más fácil encontrar algo especial aquí que en las tiendas habituales» decían mientras ojeaban una caseta de velas artesanales.
A mediodía, la afluencia creció con el concierto de Groove Garage, que reunió a decenas de personas frente al pequeño escenario. Algunas familias se quedaron tomando algo en los puestos gastronómicos. Después del concierto, varias casetas notaron un repunte de clientes. «La música siempre ayuda porque hace que la gente se quede más rato» comentaba Carol, la artesana de joyas.
Pasear y comprar sin prisa
Durante toda la jornada, el paseo mantuvo un ritmo constante. Había quien venía solo a mirar, quien buscaba un regalo concreto y quien pasaba a curiosear después de comer. Un vecino que paseaba con su mujer comentaba que «este año se va más directo a lo que quieres ver». Con luces, adornos y puestos variados, el mercadillo navideño de Vila cerró el primer fin de semana con una afluencia estable para ser el primer domingo de la temporada.