El profesor Martí Vila, licenciado en Historia del Arte, asombró este sábado por la tarde con sus explicaciones a quienes asistieron a la visita guiada organizada para conocer a fondo el retablo de Jesús. Hace unas semanas, Vila impartió una conferencia sobre esta obra en el Casino des Moll a la que acudieron responsables de la parroquia de Jesús. Visto el interés de la charla de Vila, éstos le propusieron repetirla en la propia iglesia y realizar la visita guiada para que los asistentes pudieran descubrir detalles sorprendentes de la pieza más importante del arte sacro pitiuso.
Según recordó el profesor, el retablo es obra del pintor valenciano Rodrigo de Osona. Probablemente, sus hijos Francisco y Jerónimo pudieron terminarlo entre finales del siglo XV y principios del XVI. Al ser una obra de un considerable tamaño, según explicó el experto, lo habitual era que, junto al artista, trabajaran también otros pintores. «Los restauradores han confirmado que, al menos, tres personas trabajaron en el retablo», afirmó.
Los artistas realizaron esta obra siguiendo los cánones del gótico, aunque introdujeron algunos elementos del Renacimiento italiano importados hasta Valencia por el Cardenal Rodrigo Borgia.
Vila se centró en explicar la disposición temática de las 25 tablas pintadas al óleo con una presencia constante del pan de oro. La estructura, que alcanza una altura de 7,5 metros, está elaborada con madera de pino recubierta con yeso y tiras de lino. Se divide en tres calles verticales con un ático central representando potentes figuras pintadas a tamaño natural. La tabla más importante es precisamente la central, con una imagen de la Virgen entronizada y el niño Jesús lactante en brazos.
Sobre ella, puede verse una escena de la estigmatización de San Francisco de Asís en la que aparecen además numerosos pájaros recordando el amor del religioso por la naturaleza. Esta pasión quedó reflejada en el Cántico de las criaturas o del hermano Sol del que ahora se cumplen 800 años. «Esto había sido un convento franciscano y después fue vendido a los dominicos. Precisamente, la primera prueba que indicó la posibilidad de que allí hubiera habido franciscanos es el retablo», explicó Vila.
Según destacó el profesor, en la obra aparecen también referencias a la Navidad, como una imagen del nacimiento del Niño Jesús y una adoración a los Reyes Magos. «Es muy extraño, pero en el retablo no hay escenas de martirio o de dolor y angustia. También aparece una imagen de San Nicolás de Bari, el santo que inspira la imagen actual de Papá Noel. San Francisco, además, fue el impulsor de la elaboración de pesebres con motivo de las fiestas», señaló.
Vila resaltó que en el retablo pueden contemplarse también representaciones de varios instrumentos, algo «muy curioso» puesto que son muy pocas las obras de este tipo donde aparecen pintadas unas primitivas castañuelas.