Da Carra Ocampo y Ricardo Marcetti Cesarini, ‘Ricky’, llegaron a España desde San Lorenzo y Córdoba en 1998 y 1997, respectivamente. Ambos se conocieron en Madrid, trabajando en el sector de la hostelería. «Él era cocinero y yo, camarera», recuerda Daniela.
La pareja argentina aterrizó en Ibiza en junio de 2001. «Antes estuvimos un tiempo en Buenos Aires, pero las cosas allí no iban bien y, como teníamos un amigo en Ibiza, vinimos aquí a probar suerte».
Mientras Daniela trabajaba en Can Sala —«estuve allí tres años maravillosos y todavía sigue siendo mi segunda casa»—, Ricky emprendió un negocio junto a un socio en la calle Galicia del barrio de ses Figueretes: Frit & Sun.
Tapas
Carra explica que «el negocio no fue muy bien, apenas duró un año», para poner en contexto lo que ella describe como «una apuesta»: montar un restaurante de comida casera, al que pondría el nombre de Rickyssimo, jugando con el nombre de su pareja.
La apuesta que Daniela y Ricky pusieron en marcha en 2007 no tardó en demostrar que era la acertada: «Venía gente de todos los pueblos de Ibiza». Tanto fue así que el problema del aparcamiento en la zona, sumado a otras limitaciones estructurales del local, llevó a la pareja a buscar otro emplazamiento en 2011 para redoblar su apuesta.
Evolución
«Fue difícil encontrar un local adecuado, pero finalmente hallamos este en la avenida de Sant Jordi, que estaba totalmente diáfano y necesitaba una reforma integral: hacer toda la obra, comprar la maquinaria, el mobiliario...», recuerda Daniela. Reconoce que «nos costó mucho llevarlo a cabo».
Esta parte de la ciudad, en 2011, «todavía estaba un poco apartada, al menos ese fue uno de los argumentos que nos dieron al denegarnos el crédito». En este punto, Daniela explica emocionada que «nos encontrábamos con los clientes y amigos, que nos preguntaban cómo iba la apertura del nuevo local, y cuando les contamos las circunstancias, fueron ellos quienes nos ayudaron. De la misma manera que nos salvaron en la época de la pandemia».
Estrellas
Así, «gracias a la ayuda de amigos y clientes», Rickyssimo emprendió una nueva etapa donde «seguimos con la misma fórmula, pero por fin pudimos empezar a hacer nuestra carne a la parrilla, que, junto a la milanesa y la napolitana, que ya triunfaban en Figueretes, son la verdadera estrella de la casa».«Muchos de nuestros clientes ni siquiera piden la carta, saben lo que quieren y piden directamente la entraña o la milanesa. Después, cuando ven otro plato, se sorprenden porque nunca miraron lo que tenemos».
A las estrellas de la casa cabe sumar un extenso catálogo de postres, donde el dulce de leche es protagonista en referencias como los alfajores, la tarta de coco, de chocolate o los crêpes, además del dulce de membrillo, sin dejar de lado las deliciosas empanadas argentinas del Loco Repulgue.
«Tenemos la suerte de estar mal acostumbrados, dentro de cómo están las cosas en Ibiza», admite Daniela respecto a su equipo, compuesto por Marianela, Ramiro, Romina, Noel Walter y Gabriela junto a ella en la sala, y Darwin, su hermano Alexis, Carolina, Andrea y Gabriela junto a Ricky en la cocina.
«Aunque la verdadera estrella de nuestro personal es, sin duda, Nina, que es la responsable de que el local esté siempre impoluto», añade con orgullo. La corresponsable del Rickyssimo admite, sin embargo, que el problema de la vivienda en Ibiza le ha supuesto la pérdida de algunas de sus mejores empleadas, como Susana y Vero, «que tuvieron que marcharse porque no encontraban piso ni habitación. Ahora es Marianela quien necesita encontrar vivienda. Espero que tenga suerte».
La ubicación y la oferta de Rickyssimo han llevado al negocio de Daniela y Ricky a contar con un perfil de clientela muy variado: «La mayoría de clientes viene durante todo el año, y tenemos desde vecinos del barrio hasta gente de otros pueblos, desde trabajadores hasta el mismo alcalde. También viene algún turista que nos dice que se lo ha recomendado algún taxista o recepcionista, y siempre acaban repitiendo. El otro día vinieron unos cruceristas a los que se lo había recomendado un conocido que vive en Ibiza».
Sandra, vecina del barrio, es clienta y amiga de Rickyssimo «desde que abrieron». Por eso no es raro verla entre las mesas del salón de Daniela y Ricky. «Se lo recomiendo a todas mis amistades. De hecho, tengo amigos en Madrid que, cuando vienen, tienen que comer aquí», asegura Sandra mientras saborea uno de sus platos favoritos: «Raviolis con queso de cabra, que alterno con el tagliatelle de salmón».
«Es que ella no come carne», añade Cati desde el otro lado de la mesa, ante un plato de secreto ibérico. Reconoce que «es la primera vez que vengo, me ha traído Sandra, pero seguro que repetiré muy a menudo. Un buen secreto y un buen vino son lo mejor para sentarse a cotillear», sentencia entre risas.
Mati es otro habitual en una de las mesas de la terraza, donde se sienta «por lo menos una vez a la semana. Aunque vengo otros días y pido algo para llevar». «Cuando me siento, suelo pedirme una entraña», añade, y también destaca «las mollejas o el sándwich de milanesa, que es tan argentino».
Juan también es argentino y lleva seis temporadas trabajando en Ibiza como chófer privado. «Apenas tengo tiempo para cocinar, y aquí siempre me he sentido como en casa», explica antes de sentenciar: «La comida de Rickyssimo me recuerda a la que prepara mi vieja».