Artista, dibujante sobre todo, y residente a caballo entre Sitges y Formentera». Así se define una Pilar Mena que con la llegada de la primavera ha pillado el puente aéreo desde el aeropuerto del Prat a Es Codolar para mostrarnos una veintena de sus creaciones bajo el catalán título de Llavors, palabra de doble rasero del que desecharemos la acepción entonces para centrarnos en el significante semillas. No en vano, las semillas acompañan gran parte de la veintena de obras que esta creadora de ágil y esmerada plumilla.
«Todos empezamos con el lápiz para dibujar. En mi caso, cuando estudiaba y tomaba los apuntes a bolígrafo. A veces tenía que hacer pequeños dibujos o esbozos rápidos, y como no me daba tiempo de cambiar por el lápiz, acabé por coger bastante destreza dibujando con el boli, y así es como todo empezó», comenta a este periódico Pilar haciendo un alto en el camino de un nuevo dibujo, esta vez a pincel, sobre una pequeña semilla alada. «Son unas semillas un pelín especiales, se denominan sámaras e incorporan una ala para poderse expandir con el viento. Me sirven para reflejar el vuelo que yo misma he efectuado estos últimos años a la vez que mi necesidad de reencontrar mis raíces propias».
No en vano, durante los últimos cuatro años Pilar Mena ha hecho un viaje personal que se ve reflejado en su obra. «He viajado a Brasil y de ahí he sacado el color de alguna de mis obras, las aves, la frondosidad. Me he movido también mucho por Formentera e Ibiza, y me he empapado de sus paisajes marinos, reflejándolos en cabellos que se transforman en olas y peces. Ha sido un viaje a la naturaleza y a mi ser más esencial, que es lo que he querido plasmar en estas obras». Unas obras que se pueden ver en el Centre Antoni Tur Gabrielet hasta el jueves.