Los ataques de perros a ganado en Formentera, lejos de estar controlados, continúan produciéndose. La finca Can Joan Mayans sufrió la semana pasada el ataque de unos canes, que provocó la muerte a una oveja y tres corderos. A estas pérdidas se suma que cinco ovejas preñadas sufrieron heridas con riesgo de perder a sus crías. No es una situación nueva para Joaquín, el responsable de esta finca: «Me he planteado dejar la explotación ganadera. Hemos denunciado a la Guardia Civil, pero no pasará nada. Nos han atacado unas cuatro o cinco veces. Los ataques de perros a ganado, desgraciadamente, están extendidos en Formentera», lamenta Joaquín, quien precisó que la solución pasa porque los dueños de los canes «hagan un seguro para cubrir si hacen daño a otros animales» y señaló, además, que los ataques a su finca provienen, previsiblemente, siempre de los mismos perros: «Pero la dueña no hace nada, dice que sus perros no son porque los tiene encerrados». El año pasado esta finca sufrió otros dos ataques y ha empezado 2018 con otro más.
La Cooperativa del Camp de Formentera lanza la voz de alarma sobre estos ataques ya que no son aislados sino que se producen cada año varias veces. «Son perros que, por lo general, se escapan de fincas particulares. Nosotros pedimos al Consell de Formentera que tome medidas más estrictas de control de animales y la gente se debe concienciar de que debe controlar y cuidar más a sus animales. Desgraciadamente, estos ataques se repiten todos los años y es la principal causa de disminución de los rebaños en Formentera», explicó Carlos Marí, gerente de la Cooperativa del Camp, quien apuntó que hace cinco años las cabezas de ganado llegaban a las 2.000, cifra que se ha reducido drásticamente hasta las 800 actuales.
EL DATO
800 CABEZAS DE GANADO FRENTE A LAS CASI 2.000 DE HACE CINCO AÑOS
Los ataques de perros son la principal causa de disminución de los rebaños. Hace cinco años había cerca de 2.000 cabezas frente a las 800 que quedan en la actualidad.