Hace 50 años una joven fotógrafa californiana nacida en Sacramento y criada en Buffalo (Nueva York) llamada Melba Levick llegó a Formentera. Venía de París, donde había encontrado su vocación como fotógrafa, pero en la menor de las Pitiusas encontró un mundo nuevo para ella. Tanto que empezó a visitarla cada año y después, a mediados de los 80, decidió comprarse una casa en La Mola en la que pasa largas temporadas.
Durante este tiempo no ha parado de fotografiar y captar la esencia de Formentera. Primero, fiel a la fotógrafía analógica, y después, cuando no tuvo más remedio, con una cámara digital. Gracias a ello, Lebick ha creado un archivo enorme, cuya parte hace unos días decidió ceder de forma gratuita al Consell de Formentera. Concretamente, se trata de un fondo de imágenes compuesto por 300 diapositivas en color realizadas entre 1978 y 1992 y 60 copias digitales en color y 26 en blanco y negro de imágenes tomadas entre 1968 y 1971.
Exposición conmemorativa
Además, coincidiendo con esta donación y aprovechando que se cumplen cincuenta años de la primera visita de Levick a Formentera, ayer por la tarde se inauguró en la sala de exposiciones Ajuntament Vell una muestra compuesta por imágenes de la propia fotógrafa.
Lleva por nombre Formentera per sempre, se podrá visitar hasta el 4 de agosto y según el Consell de Formentera «es fruto de una selección realizada por la propia fotógrafa».
No es la primera vez que la norteamericana expone en la menor de las Pitiusas. Precisamente esta misma sala ya acogió en 2011 una selección de trabajos en blanco y negro que no se habían publicado hasta entonces. Eran fotografías tomadas durante la década de los setenta del pasado siglo y en ellas reflejó, lo que ella mismo definió en una entrevista concedida a este mismo periódico antes de la inauguración, como «fotografías de gente y de espacios que forman parte de la historia de mi vivencia de hace cuarenta años, el principio de mi vida como fotógrafa».
Ahora, las imágenes que se pueden ver en Formentera per sempre no han cambiado tanto. De hecho el Consell de Formentera asegura que las fotografías de Levick «se convierten en una especie de memoria colectiva del isla que ha quedado enlazada en los recuerdos de los formenterenses a través de su obra».