Recuperar la tradición agrícola frente a una economía casi monopolizada por el turismo es una de las tareas prioritarias en Formentera.
Ejemplo de ello es la puesta en marcha de proyectos agrarios en la finca de Can Marroig, un lugar «emblemático» –según definió el president del Consell, Jaume Ferrer– que llevaba desatendido varias décadas tras el ‘boom' turístico.
En 2015, con la refundación de la Cooperativa del Camp, la isla dio un paso importante. Por ello, no es de extrañar la inversión por parte del Consell de cerca de 1,4 millones de euros en acciones concertadas, en una nave industrial o en maquinaria.
Fruto de esta estrecha colaboración y después de casi dos años de trabajo, esta semana la cooperativa ha sembrado dos de las doce hectáreas de la finca de Can Marroig con cereal para hacer forraje.
Todo este terreno que rodea el Centro de Interpretación de Can Marroig fue cedido a Formentera el año 2016, tras un convenio entre el Consell, el Govern balear y el Ibanat. Ahora, poco a poco, vuelve a ser tierra de cultivo y, además, de interesantes propuestas.
Recuperación
Jaume Ferrer destacó el valor de «poderle dar el interés agrario y etnológico que necesita esta finca que es de dominio público». Por su parte, el conseller de Medi Rural, Bartomeu Escandell, reiteró la importancia de la labor colaborativa de «gente joven que aprecia el campo y quiere tenerlo como referente».
Acciones como esta, han permitido que, «poco a poco los formenterers volvamos a decidir sobre las fincas y los elementos emblemáticos de la isla», tal y como defendió Escandell.
Uno de los propósitos que más llama la atención y que comenzará a desarrollarse este mismo año, es el cultivo de plantas aromáticas como la hierba luisa o el tomillo.
«Hay diferentes proyectos en la isla donde las plantas aromáticas tienen un potencial muy importante y vamos a probar con este proyecto piloto», explicó el gerente de la Cooperativa del Camp, Carlos Marí.
Tanto el Ibanat como el propio Consell confían en que esta colaboración será duradera, para que Can Marroig pueda convertirse en un referente agrario en las Pitiusas.