Alejandra Ferrer (Alemania, 1977) se ha convertido en la primera presidenta del Consell de Formentera, pero compartirá la legislatura con otra mujer, Ana Juan, del PSOE. Las circunstancias han exigido que Gent per Formentera y los socialistas hayan tenido que dejar de lado sus diferencias para formar el «gobierno de progreso» del que tanto han hecho referencia últimamente en Formentera. Transcurrida la primera semana al frente de los mandos, Ferrer da cuenta de las primeras sensaciones de una semana frenética en la política local de la pitiusa del sur.
—¿Qué balance hace de esta primera semana como presidenta del Consell?
—Ha sido una semana muy intensa, muy emocionante y muy organizativa. Estamos haciendo las mudanzas, estableciéndonos en nuestros nuevos despachos y, sobre todo, llevando a cabo todas las reuniones de organización. Hemos definido qué competencias asignamos a cada área, qué personal queda dentro de cada una de ellas y también las diferentes delegaciones. Ha sido una semana muy positiva y pensamos que la próxima, después del pleno de organización, podremos trabajar ya con rutina y normalidad.
—¿Ha afectado el pacto in extremis en el trabajo del nuevo gobierno estos primeros días?
—Realmente había toda una labor previa hecha. Un trabajo de organigrama, de distribución de las áreas entre los dos grupos y que marca los ejes programáticos de modelo de isla, que tenemos clarísimo y donde vamos todos a una. Las circunstancias por las que se produjo un acuerdo ‘in extremis' fueron básicamente por la negociación de la presidencia y por la incorporación en la negociación del pacto del Parlament.
—En campaña han sido evidentes algunas diferencias entre ambos partidos. ¿Cómo se deja de lado ese aspecto?
—Una cosa es una campaña electoral y otra cosa es conformar un equipo de gobierno que tiene que trabajar conjuntamente. Ana y yo nos hemos dado confianza absoluta y hemos reflejado la importancia de la comunicación y el diálogo. Esto no solo es necesario para que el equipo de gobierno podamos trabajar bien, sino también para que entre los diferentes partidos que formamos parte del gobierno haya confianza.
—¿Temió otros pactos durante las negociaciones?
—Pienso que el Partido Socialista tenía muy claro desde el principio que el pueblo había votado que quería un gobierno estable y progresista y no creo que haya dudado en ningún momento si pactar o no con Sa Unió. Sí pienso que hubo dudas de si nos dejaban en minoría o pactaban con nosotros, pero la opción de Sa Unió quiero pensar que no.
—Sílvia Tur sí se ha mostrado disconforme con las condiciones del pacto porque ha fragmentado la figura de la diputada.
—Gent per Formentera e Izquierda Unida acordaron que sería Sílvia cuatro años, pero es cierto que con los resultados obtenidos se abrieron las puertas y el Partido Socialista decidió que no había pacto en el Consell si no había pacto en el Parlament. Creo que nos debemos dar tiempo y que todo acabará siendo positivo, igual que lo está siendo aquí dentro. Remaremos juntos, en confianza, con diálogo y con comunicación para trabajar, sobre todo, por Formentera.
—El nuevo organigrama da cierta continuidad a los consellers de Gent per Formentera en las de la anterior legislatura…
—Es cierto que en esta nueva legislatura muchas de las áreas que gestionábamos las continuamos, porque se iniciaron proyectos muy importantes que deben seguir adelante. Por ejemplo, Movilidad queda en manos de Rafa González, que llevará a cabo el desarrollo del Plan de Movilidad o la regulación de la entrada de vehículos. Otros planes que se aprobaron como el de Igualdad o el de Juventud también continúan en manos de Vanessa Parellada. Pero luego hay áreas como la de Medio Ambiente o la de Vivienda que están en manos del PSOE y que poseen el desarrollo del Plan de Residuos, también uno de los temas más importantes.
—¿Ha sido fácil configurar esta estructura?
—Fue bastante fácil llegar a un acuerdo, sobre todo por los distintos perfiles que tienen un partido y otro. Eso se ha tenido muy en cuenta, porque así es más fácil llevar a cabo este trabajo. La sintonía está siendo muy positiva tanto a nivel organizativo como en los primeros pasos de los nuevos consellers dentro de sus áreas. Por mi parte, plena confianza. Además también espero que ellos tengan plena confianza en nosotros y hasta ahora así son las sensaciones que tengo. En este sentido, pensamos que todas las áreas deben estar coordinadas y que sea un único equipo de gobierno, aunque esté formado por dos diferentes grupos políticos. Es lo que han pedido los votantes y en este sentido continuaremos trabajando los próximos años.
—Dejan de contar con el gerente, Isidor Torres, como cargo de confianza. ¿Qué ha motivado esta decisión?
—En ningún caso tiene que ver con la persona concreta de Isidor Torres. Además le doy las gracias por todo el trabajo y todo el asesoramiento que nos ha dado. Esta decisión tiene que ver con el nuevo organigrama, con que somos más consellers de los que éramos la legislatura pasada. Conjuntamente decidimos que podíamos prescindir de la figura de gerencia y que sería un conseller quien asumiese las competencias que tenía el gerente.
—En su caso particular seguirá asumiendo las áreas de Ordenación y Promoción Turística…
—Sí. Continuaremos trabajando en la misma línea. A finales de verano iniciaremos todas las reuniones sectoriales de los diferentes productos, para dar más fuerza a la necesidad de diversificar producto y de crear nuevas experiencias para los visitantes a lo largo del año. Pero, sobre todo, trabajaremos en combinar la necesidad que tenemos los residentes de poder disfrutar de la isla con poder alargar la temporada.
—¿Cómo se prevé la inminente puesta en marcha de la regulación de vehículos?
—Pensamos que irá todo bien. Además, este verano podremos recopilar todos los datos necesarios para poder tomar una nueva decisión de cara al próximo. Este es un año de prueba y creo que ha tenido un eco muy positivo para la isla; una isla conocida por trabajar hacia la sostenibilidad y donde regular el número de vehículos que entran forma una gran parte de ello.
—La vivienda es uno de los asuntos más críticos de Formentera, aunque depende en gran medida del Govern balear, como también Sanidad y Educación. ¿Cree que la sintonía, con el PSOE en el Consell, mejorará?
—No me gustaría pensar que el Govern balear representa de una manera u otra una isla por ser de un color u otro, pero sí puede que las relaciones personales que tienen algunas personas nos pueden ayudar. El de la vivienda es un asunto que debemos afrontar de manera coordinada las dos administraciones, porque si no, no haremos nada; el Govern balear con sus competencias, tanto del IVABI como de la vivienda en general, y desde el Consell de Formentera diseñando las normativas necesarias para que haya una parte de las viviendas dedicada a los residentes de todo el año o a los trabajadores temporales. El servicio de inspección también deberá hacer un buen trabajo para que esto finalmente sea una realidad. Además, esperamos poder coordinar todos los esfuerzos para crear la oficina integral de la vivienda, tan necesaria, para que cuando aflore vivienda para todo el año pueda ser gestionada y podamos ayudar tanto a propietarios como arrendatarios.
—Una alegría de inicio de legislatura sí será, en breve, la puesta en marcha de la escuela de Sant Ferran.
—Tenemos la buenísima noticia de que empezará de manera casi inminente. Esto da pie a muchísimas cosas dentro de la parte educativa. A que realmente podamos sacar a los niños de los barracones y también la nueva escuela infantil. Por otra parte, liberará el espacio de la escuela antigua donde se tiene que crear el centro de las artes, que es una demanda de muchos vecinos.