El borrador del decreto de Transporte Marítimo ha supuesto una nueva brecha en el equipo de gobierno del Consell formenterés. Los principales puntos de fricción entre socialistas y Gent per Formentera son la regulación de las excursiones a la isla y la reducción de las frecuencias marítimas entre Ibiza y Formentera. La presidenta de la institución, Ana Juan, aplaudió que el decreto recogiese una de las principales reivindicaciones de la pitiusa del sur, que era la clara diferenciación entre el transporte marítimo regular y el turístico. Alabó, a su vez, que el documento regulara unas frecuencias mínimas entre las dos islas y que garantizara mediante la posibilidad de declaración de servicio público las barcas de primera hora y de última hora del día. Sin embargo, Juan reconoció que el decreto «no puede regular las frecuencias máximas».
Una opinión muy diferente mostraron sus socios de gobierno de GxF, que denunciaron que el texto «no limita el exceso de trayectos entre Ibiza y Formentera ni tampoco el número de excursiones de un día hacia Formentera». Estos dos ámbitos son cosas que Formentera solicita al Govern balear desde hace 12 años, según recordaron desde GxF.