Formentera tiene una oferta de ocio nocturno que se limita a dos discotecas y algunos bares de copas. Este año, las dos salas de baile están cerradas por no haber podido acabar a tiempo las obras de reforma y eso ha centrado de forma prácticamente única la oferta lúdica de noche en el mítico Blue Bar, ubicado en Migjorn y que está abierto hasta las 04.00 horas.
La dirección del Blue Bar ha manifestado en un comunicado que a partir del 27 de agosto se retiran «definitivamente del ocio nocturno y cerraremos a las 02.00 horas». La nota continúa manifestando «una presión descomunal que en verdad nunca hemos querido» y añaden que «se ha sumado un factor muy triste y es la calidad del turismo y el tipo de gente que actualmente visitan el local y Formentera; en muchos momentos realmente desagradables, con actitud agresiva, déspota y sin respeto por la isla, ni por los negocios. Eso genera muchas peleas, algo que nuestra familia nunca ha querido».
En conversación con Periódico de Ibiza y Formentera, el propietario del Blue Bar, Rico Hartmann, manifestó: «El Blue Bar siempre ha sido un sitio de buen rollo y no queremos apoyar este tipo de conductas. Nos concentraremos en un puesta de sol preciosa, conciertos y actividades culturales y buena comida y decimos adiós a la noche después de 33 años».
De este modo, el final de temporada la isla se quedará prácticamente sin oferta nocturna.
Mi humilde opinión es que desafortunadamente gran parte de esta gente déspota procede del propio turismo nacional (con permiso de algunos italianos...) Vaya por adelantado que no he hecho ningún estudio estadístico y que es meramente mi experiencia. Sin ánimo de generalizar al problema yo lo llamo "los madrileños". Aún teniendo amigos de Madrid y sabiendo que no todos "los madrileños" son así, turísticamente se cumplem los mismos patrones: un turismo chulo, arrogante, que cree que tiene más derechos que nadie, que no entiende la cultura más tranquila y relajada que debería respetarse en Baleares, y que quizás se creen que están en un restaurante de la Castellana donde quien más eleva la voz y trata peor al camarero va a recibir servicio prioritario. Yo soy mallorquín y precisamente ya huyo de Mallorca, "la isla de la calma", para veranear a Menorca y Formentera buscando lo que han sido unos paraísos de tranquilidad que aún preservaban cierta autenticidad y equilibrio de turismo y respeto por la naturaleza, alejados del ocio de discotecas, cutrerío y turismo casposo, pero se está perdiendo y en ambos sitios por esos personajes detestables con los que estás obligado a convivir y que los ves continuamente con trifulcas, exigencias y algunos golpes, pisando al personal de los hoteles, a los camareros, etc. Estos son los mismos personajes que te tiran la colilla a lo pies y que están más preocupados de volver para lucir donde han estado que de disfrutar de unas vacaciones.