Tras 26 años abierta el veterinario formenterés, Lorenzo Córdoba, se está planteando cerrar su clínica veterinaria el próximo 1 de diciembre porque se marchan de la isla las dos veterinarias que tenía contratadas, «y una clínica veterinaria sin veterinarios no se puede llevar, igual que una cocina no puede funcionar sin chef».
El problema, como vienen siendo habitual en los últimos tiempos en la pitiusa del sur, es que no compensa el trabajo cuando hay que pagar las desorbitadas cantidades económicas que hay que pagar por un alquiler. «Sin veterinarios no puedo funcionar», ha explicado, «pero traer gente a trabajar a Formentera, que abandonen a sus familias y a sus amigos y que al llegar aquí tengan que pagar un pastizal por un alquiler, y eso si encuentran vivienda, es muy complicado».
Antes este era un problema que básicamente atañía casi exclusivamente a la hostelería, pero «ahora lo tiene todo el empresariado de Formentera, especialmente las grandes empresas», ha destacado el presidente de la Federación Hotelera de la pitiusa menor, Juanma Costa. «Los negocios familiares o pequeños negocios puede que también lo estén viviendo», ha matizado, «pero en menor medida».
Mucho trabajo
Costa ha recordado que en Formentera hay mucho trabajo, especialmente en el sector de la restauración. «Este sector se ha modernizado muchísimo en los últimos años, está arriba del todo y eso significa que tiene una necesidad de persona muy importante». Por tanto, como capta a muchísima mano de obra, necesita también de muchísima vivienda, «algo que en la actualidad no hay en Formentera y no se prevé que haya a corto plazo». También se ha modernizado mucho el sector hotelero, lo que provoca que «la demanda de personal en la isla se tenga que amoldar a la calidad de lo que estamos haciendo, que en este caso ha subido mucho», ha insistido el presidente de los hoteleros formenterenses.
Todo esto, unido a que «la oferta residencial de viviendas que había se ha reducido mucho, porque todas las viviendas turísticas que se han podido legalizar se han legalizado», ha provocado que «se haya expulsado del mercado todas aquellas residencias que había antes a disposición de los trabajadores». Además, según Juanma Costa, se suman dos aspectos: «que hay escasez de vivienda y que la poca que hay es muy cara». «Tú ahora vienes a buscar algo para alquilar, sin importarte el precio, y no hay», ha recalcado.
En este sentido, haciendo una búsqueda rápida en un portal especializado como Idealista.com, se puede apreciar que la poca, o más bien escasísima, vivienda asequible supera los 1.200 euros al mes para pisos con una o dos habitaciones máximo. Además en muchos casos los pisos que hay en alquiler son sólo para la temporada invernal, ya que en verano se alquilan a precios más caros como viviendas turísticas.
Alojamiento
Esta situación ha llevado a que los empresarios de la isla se hayan tenido que buscar la vida esta temporada para poder alojar a sus trabajadores. «Los que tenemos alojamiento para el personal henos llenado toda nuestra capacidad, pero no ha sido suficiente y hemos tenido que recurrir afuera para encontrar viviendas, apartamentos o lo que haya», ha relatado Costa. «De hecho y por primera vez en la historia, y nunca creía que llegaríamos a ese extremo porque me parece absurdo, he tenido que dedicar apartamentos turísticos, de los que alquilo a los turistas, para mis trabajadores. Hasta ese absurdo hemos legado, y esto es algo muy grave», ha reconocido el presidente de la Federación Hotelera de Formentera.
Un problema que, según ha manifestado, «también vamos a tenerlo la próxima temporada, e incluso peor todavía» en caso de que no se encuentre una solución de forma inmediata. Una solución que pasa por plantearse el modelo turístico de la isla «y ver si empieza a ser compatible el todo vale, todo se alquila, con el modelo turístico de calidad del que hablamos todos. Si todo se alquila mal va la cosa», ha subrayado. «¿Qué hacemos? ¿Construimos más? No creo que ese sea el camino. Por mucho que construyas vivienda social no va a servir absolutamente de nada, no vas a dar abasto. Lo más sencillo es que las residenciales que pasaron al mercado turístico vuelvan a ser residenciales, porque a Formentera ahora mismo no llega ningún trabajador sin vivienda, o se la das o no vienen».
Reducción de servicios
La problemática de la vivienda en la menor de las Pitiusas ha provocado ya en la pasada temporada que haya negocios que estén reduciendo sus servicios ante la imposibilidad de conseguir persona, y que algunos incluso empiecen a plantearse la posibilidad de cerrar definitivamente sus puertas.
En términos similares se han expresado desde la Pequeña y Mediana Empresa de Formentera (Pimef), que ha coincidido con el sector hotelero en la gravedad del problema y en el hecho de que ya no sólo afecta a los trabajadores de hostelería, sino que se ha extendido a otros sectores y al funcionariado de la isla. «Es algo que va a peor», han destacado desde la patronal, «son muchísimos los empresarios que dicen que les cuesta encontrar trabajadores que quieran venir a la isla, porque ya vienen si no es con vivienda».
Pero no queda únicamente ahí el problema. El asunto se agrava porque «son ya muchos los trabajadores que estaban construyendo su vida en Formentera, que llevaban tiempo trabajando en la isla» pero que con las condiciones actuales del precio y la escasez de la vivienda «han tenido que tomar la decisión de marcharse».
«Los precios de los alquileres son desorbitados», han reconocido desde Pimef, «y no parece que la solución que se propuso de zonas turísticas y zonas residenciales esté funcionando», han recalcado. Tal es la preocupación por este asunto que la patronal tiene previsto en los próximos meses una serie de reuniones para tratar de encontrar soluciones.