Entre seis y nueve ofertas de alquiler en la isla de Formentera figuran a día de hoy en los principales portales inmobiliarios. Los precios, como era de esperar, son inasumibles para la economía media del ciudadano medio. Sin embargo, según explica el conseller de Vivienda de la isla, Artal Mayans, esta no es la realidad: «Hay oferta de alquiler pero no se mueve en estos portales. Es posible encontrar piso recurriendo al boca a boca. Los propietarios tienen listas de espera de gente conocida o de confianza y no necesitan recurrir a publicar sus ofertas o a las agencias inmobiliarias. No les hace falta».
En Idealista, por ejemplo, el alquiler más bajo es el de un apartamento de 85 metros cuadrados y dos habitaciones en El Pilar de la Mola por 850 euros. Se trata, asegura el anunciante, de un piso a estrenar «con ropa de cama y toallas». En ningún apartado del anuncio se indica si el alquiler es turístico, anual o solo para el invierno. En el otro extremo de la lista se encuentra una casa por la que la propiedad pide 36.000 euros mensuales. Ubicada en Sant Francesc, se trata de un edificio de 1875 que el anunciante define como «típica casa rústica disponible para alquiler vacacional, cómoda, tranquila y bien ubicada». Tiene 200 metros cuadrados y seis habitaciones.
Entre una oferta y otra, la cosa no mejora mucho. Pisos de alquiler invernal por más de 1.000 euros o apartamentos por 600 euros al día. Un mercado que va más allá de lo que ahora se llama «tensionado».
En el Consell de Formentera, la visión de la situación no es tan alarmante como podría pensarse. Artal Mayans tiene claro que la oferta publicada no tiene nada que ver con la real aunque admite que es consciente de que el mercado del alquiler en la isla es muy reducido. De ahí que la institución insular trabaje ahora mismo en dos proyectos que espera que puedan contribuir a solucionar parte del problema de la vivienda. Por un lado, el Consell, en cooperación con el Govern y con el Ibavi, estudia la puesta en marcha de «un programa de alquiler seguro» que se centre en «dar seguridad a los propietarios». La Ley de Vivienda, considera Mayans, ya protege suficientemente a los inquilinos y han de ser otras administraciones las que se ocupen de ofrecer a los propietarios «garantías suficientes» como para que decidan sacar sus viviendas del mercado turístico para pasarlas al residencial.
Rentabilidad
A la pregunta de cómo piensa el Consell convencer a los propietarios de que es mejor el alquiler residencial que el turístico, Mayans no tiene dudas en la respuesta: «El alquiler de un apartamento en el mercado turístico puede darte entre 15.000 y 18.000 euros de rentabilidad anual pero has de restar todos los gastos, como el IBI, la licencia para alquilar, los suministros… Al final, te pueden quedar unos 8.000 euros limpios. En el alquiler residencial, la rentabilidad es mayor. Si alquilas un apartamento de dos habitaciones a 1.000 euros al mes, sacarás más rentabilidad porque hay unos gastos que no tendrás que afrontar. La rentabilidad real es mayor que si lo alquilas a turistas».
A esto añade el conseller que este programa de alquiler seguro contendrá medidas que ayudarán a que los propietarios confíen «porque ahora no se sienten seguros». «Los propietarios», prosigue Artel Mayans, «tienen que poder sacar sus viviendas al mercado del alquiler con unos precios razonables y ajustados a lo que es Formentera y saber que, si hay un problema, podrán recuperarlas». Mayans tiene claro que la vivienda de protección oficial no solucionará el problema de la falta de pisos en la isla y menos cuando «se establecen los criterios en función de lo que es el mercado en Felanitx y no el de Formentera». Eso no quiere decir que no esté de acuerdo con que se levanten más promociones de este tipo de vivienda en la isla, pero sí que desde el Consell se considera que «es más importante incentivar a los propietarios».
Por otro lado, la institución insular ya ha activado la contratación de un inspector turístico. Una figura de la que carecía el Consell, a pesar de que la oferta de alquiler turístico ilegal en la isla es notable. «La oposición ha estado 18 años gobernando», lamenta Artal Mayans, «y no se les había ocurrido que necesitábamos un inspector turístico. Ahora combatimos su incapacidad de gestión con gestión real». Este inspector, recuerda Mayans, tendrá que ayudar a la institución a poder luchar contra la oferta de alquiler turístico ilegal. Algo que, afirma el conseller, ayudará a incrementar el número de pisos en alquiler en el mercado residencial pues muchos propietarios que hoy rentan sus propiedades en verano sin control de ningún tipo preferirán hacerlo legalmente ante las acciones en contra de esta práctica que prevé el decreto de emergencia habitacional del Govern.
«Formentera tiene problemas», concluye el conseller, «pero no es lo peor del mundo. El Consell trabaja para conseguir que haya más oferta y, una vez que eso suceda, está claro que el precio del alquiler residencial bajará. Se hablaba mucho de reducir pero nadie había pensando en contratar a un inspector turístico. Y, además, hay que tener en cuenta que la isla está muy limitada. No queremos crecer ni en extensión ni en altura. Así que hay que hacer autocrítica y tomar decisiones».