Pescadores recreativos de Formentera destacaron ayer que la reunión prevista para el 22 de noviembre en Palma es muy importante para avanzar en la consolidación de los acuerdos alcanzados con la Dirección General de Pesca. Además, según señalaron, servirá para clarificar la situación respecto al documento difundido por el Consell de Formentera la semana pasada sobre la ampliación de la Reserva Marina des Freus. Este comunicado, indicaron, desató cierta controversia porque no se incluyeron puntos importantes sobre el acuerdo.
Debido a esta situación, entidades como la Asociación Pereyna de las Pitiusas denunciaron que se trataba de un «falso acuerdo». En este sentido, Paco Mayans, presidente de la nueva Asociación de Pescadores Recreativos de Formentera, explicó a este rotativo, tras las críticas vertidas sobre el proceso de negociación con el Consell, las diferentes medidas del consenso.
También aclaró que este colectivo no guarda relación con la Asociación Pereyna y que trabajan desde hace meses en un marco propio de diálogo y consenso con las instituciones. Recordó que esta entidad nació como respuesta a la propuesta inicial de ampliación de las reservas marinas. Su objetivo, destacó Mayans, fue poder defender de forma autónoma los intereses locales ante una regulación que consideraban desorbitada tal y como se planteó en un primer momento. Desde esta asociación remarcaron que, aunque mantienen una relación cordial con los pescadores recreativos de Ibiza y comparten preocupaciones similares, la realidad pesquera de Formentera es distinta.
«Podemos ir juntos cuando se trate de temas que nos afecten a todos, pero siempre podrán surgir discrepancias como en este caso», subrayaron. Por ello, rechazaron integrarse en una asociación conjunta y decidieron constituir una organización propia y así tener voz propia en todos los organismos implicados. Al respecto, indicaron que tampoco tienen vinculación con las 4.000 firmas recogidas por Pereyna en contra de la ampliación de las reservas, que, según explicó el Consell de Formentera, no habrían sido registradas oficialmente. «Lamentamos todo el maremágnum que se ha generado, pero no buscamos enemigos; sólo defendemos los intereses de la comunidad pesquero-recreativa de Formentera», señalaron.
Los representantes de la asociación también agregaron que las reuniones con el Consell y con la Dirección General de Pesca se han desarrollado de forma directa y transparente, especialmente el encuentro que tuvo lugar en Palma tras la imposibilidad de llegar a un acuerdo con el sector profesional. Este colectivo, recordaron, fue el promotor de la ampliación de las reservas, que incluía más del 80 % del litoral de Formentera. En este sentido, tras la reunión, se llegó a un acuerdo que recoge propuestas concretas consensuadas.
Sin embargo, según detallaron desde la asociación de pescadores recreativos de Formentera, había puntos que no se incluyeron. «Tampoco conocíamos la voluntad del Consell de hacer público el comunicado, pese a que había un acuerdo para consensuar la nota. Nos encontramos con el documento en los medios sin haber podido verificarlo, y eso generó un malentendido y malestar importante», apuntaron. La falta de referencia a ciertas condiciones pactadas con la administración llevó a que muchos pescadores interpretaran que la asociación había aceptado la propuesta a cambio de nada, cuando, insistieron, existían acuerdos previos que no fueron reflejados.
Puntos importantes
Entre esos puntos destacaron la modificación del sistema de límite de capturas de pescado comercial por pescador, pasando de un límite por número de piezas a un límite de cinco kilos, con independencia del tipo de pescado y zona de pesca, «algo que consideran más coherente y que evita situaciones problemáticas». «Además, suaviza las restricciones de pesca en reserva», apuntaron.
Con la normativa actual, señalaron, un pescador recreativo que captura más de una pieza de rotja, dentón o gallo fuera de la reserva, y se detiene después en zona protegida, puede enfrentarse a sanciones sin poder demostrar dónde pescó cada ejemplar. Con el sistema de kilos, añadieron, ese problema desaparece.
Otra de las cuestiones centrales del debate es la zona de Cap de Barbaria, cuyo lado este fue uno de los puntos más conflictivos en la propuesta inicial de ampliación. Los pescadores recreativos explicaron que condicionaron una ampliación en esa área a la aprobación de la reserva de aguas exteriores al sur de Cap de Barbaria, la conocida como zona de Baix Fondo-es Garroveret, que a día de hoy no está definida de forma definitiva. En el texto difundido, recordaron, no se recogieron las condiciones complementarias que acompañaban ese acuerdo, lo que incrementó la sensación de malestar.
El proceso también incluye cambios estructurales en las reservas existentes. Actualmente, Formentera está afectada por dos áreas protegidas: la reserva des Freus y la de Punta de sa Creu, esta última con restricciones mucho más severas. La propuesta negociada plantea unificarlas bajo un mismo régimen basado en las condiciones más flexibles de des Freus: pesca permitida todos los días, aunque se mantendría prohibida la pesca submarina y el jigging.
También denunciaron una situación que consideran incoherente: en la zona situada entre Espardell y Formentera, los pescadores profesionales pueden seguir faenando con redes o palangrillos de cientos de anzuelos, mientras que a los recreativos se les prohíbe pescar con una caña y cuatro anzuelos. Este punto también está sobre la mesa en las negociaciones.
Además, recordaron que el consenso pactado establece la ampliación de una parte al Oeste de Cap de Barbaria y la unión de la de Sa Punta de Sa Creu con la de Es Freus, pero deja fuera desde la punta de Cap de Barbaria hasta aproximadamente la Punta de La Xindri en la Mola, con las condiciones previamente negociadas.
Los representantes aseguraron estar dispuestos a mantener todas las reuniones necesarias «con quien haga falta» y defienden que el diálogo debe conducir a una regulación equilibrada, que respete la sostenibilidad del medio marino sin perjudicar injustificadamente a los pescadores recreativos, que —recordaron— forman parte del tejido social, cultural y económico.
Añadieron que la pesca recreativa conlleva gastos en material, reparaciones y mantenimiento de embarcaciones, pero también implica ingresos y puestos de trabajo en la isla. En esta línea, puntualizaron que su postura no va contra los pescadores profesionales, a quienes consideran «amigos y pieza fundamental del sector primario».
Es pistoleros emprenyats