La patrullera de la Armada española «Anaga» interceptó ayer tarde a cuatro millas de la costa de Eivissa a un pesquero alicantino al que persiguió durante diez minutos después de que la embarcación no hiciera ninguna maniobra que denotara intenciones de pararse, tal y como se le había ordenado. La tripulación del barco aseguró que su radio no cogió los repetidos mensajes que le mandó el «Anaga» y que fue otro pesquero de la flota alicantina la que les informó que estaban siendo seguidos por la patrullera.
Fuentes de la Armada señalaron a este periódico que el objetivo del patrullero, con base en el puerto menorquín de Maó, era someterse a una inspección, campaña que se realiza desde ayer en aguas de las Pitiüses y que se prolongará hasta pasado mañana. Los cuatro marineros a bordo del «Germans Lloret», pesquero de Vilajoiosa, afirmaron que en ningún momento se intentó huir y que una vez que escucharon el aviso no pudieron detener la embarcación porque su maquinaria lo impedía, según alegaron.
Este periódico, sin embargo, pudo averiguar que durante la persecución el comandante de la patrullero amenazó con aplicarles la máxima sanción, todo ello dentro de un seguimiento en el que se vivieron momentos de gran tensión.
Tras situarse al pairo la embarcación alicantina, la patrullera arrió una zodiac y dos hombres del «Anaga» -el contramaestre y un marinero- subieron a bordo del pesquero.