«Selección natural y capacidad de supervivencia». Así justifica Nacho Canut, la mitad de «Fangoria», el hecho de haber permanecido vigentes durante dos décadas en el panorama musical español. Éxitos como «Mi novio es un zombi» o «Mentira», y épocas menos rotundas como la trilogía de «Vulcano», también tienen algo de responsabilidad. A pesar de los cambios de nombre, desde «Alaska y los Pegamoides» hasta el actual, pasando por «Alaska y Dinarama», los dos miembros del grupo entienden que han sido «fieles a una línea que, aunque con influencias exteriores, siempre ha sido coherente y continuamente está evolucionando» y en la que incorporan ritmos de discoteca o Elvis, en las dosis justas para lograr un resultado original. Su situación dentro de la industria discográfica a nivel nacional la califican como «intermedia, con las ventajas e inconvenientes que eso comporta».
Los dos han decidido abandonar su inactividad y deseos "Londres es el lugar más parecido a los sueños de esta formación" para afrontar los retos profesionales que les llevarán el próximo sábado a Jaén. Quizás el año que viene salga a la venta su nuevo trabajo, pese a que, por el momento, no hay nada definido.
Hasta la fecha, la banda sonora de «La lengua asesina» y el título de «Interferencias», donde recopilaron alguno de sus temas favoritos, son el último punto en una trayectoria marcada por el cliché de la famosa movida madrileña de los ochenta y cuya versión de final de siglo tuvo como protagonista una Eivissa de «Privilege».