La fiesta ilegal en los acantilados de Santa Agnès, que comenzó el pasado viernes, seguía ayer a pleno sol junto al islote de ses Margalides. Unas 2.500 personas han pasado a lo largo de este fin de semana por la mayor fiesta «trance» de este verano en Eivissa, siendo el sábado por la noche el momento de mayor afluencia.
Durante el día de ayer, numerosos jóvenes seguían bailando en la improvisada discoteca montada en una explanada cerca del mar. Decenas de tiendas de campaña formaban un campamento de colores en la montaña, donde muchos han pasado todo el fin de semana.
La mayoría de los asistentes a la celebración también aprovecharon para tomarse un buen baño junto a las rocas. Otros subían cargados por el empinado camino con bolsas llenas de kilos de basura. Los participantes dedicaron buena parte del día a limpiar la zona.
En el tercer día consecutivo de «marcha» varias familias de hippies también se acercaron a la fiesta, que no sólo ha congregado a jóvenes, sino que ha conseguido atraer a personas de todas las edades.
Quienes no aparecieron por allí ayer fueron las fuerzas de seguridad, a pesar de que la Guardia Civil ha abierto un expediente sancionador a los organizadores, a raíz de las denuncias de un vecino. El afectado presentó ante el juzgado de primera instancia e instrucción número 2 de Eivissa una denuncia por los centenares de coches aparcados en un terreno de su propiedad.