Todos, o casi todos, los turistas que han pasado este verano por Eivissa han visitado el mercadillo de es Canar, en Santa Eulària. Esto ha facilitado que este centro, situado en el pueblo de Punta Arabí, haya logrado un nuevo récord en cuanto a afluencia de público: nada menos que 1.000.000 de personas, lo que lo convierten en un atractivo turístico más, por encima quizá de museos y algunas discotecas, como explica el director artístico, Wieland Schäfer. Tras lograr estas cifras de escándalo, el mercadillo de es Canar cerró ayer sus puertas, después de varios meses de trabajo en los que los vendedores han atendido puntualmente todos los miércoles a esta pléyade de turistas.
A pesar de que nos encontramos a finales del mes de octubre, el mercadillo registró ayer por la mañana un nuevo pleno de ocupación de turistas. Eso sí, a estas alturas del año, los turoperadores sustituyen los jóvenes clubbers por familias de más edad. Quizá la muestra más evidente del éxito que obtuvo esta última jornada de mercadillo en Punta Arabí fuera la larga cola de automóviles y autobuses que se formó a la entrada de Santa Eulària. Eso sí, esta vez los vecinos no se quejaron; al menos la de ayer fue el último atasco hasta dentro de un buen par de meses, cuando es Canar vuelva a abrir.
Este mercadillo ha ido creciendo tanto en número de puestos de venta como en servicios. Comenzó siendo algo así como un «asentamiento» hippy para convertirse, con el paso de los años, en quizá el mayor centro comercial de la isla. El acuerdo con el Club Punta Arabí le facilitó el acceso a oficinas de cambio, restaurantes, puntos de información y hasta guarderías