La modificación de la ordenanza de medio ambiente para optimizar el control de la contaminación acústica, que supondrá la instalación de sonómetros en los nuevos establecimientos, centró ayer la atención del pleno en el Ayuntamiento de Eivissa. La modificación de la ordenanza contó con la abstención del PP. A juicio de la concejala Virtudes Marí, la aplicación de esta ordenanza supondrá un «gasto desproporcionado», ya que el coste de la instalación del aparato supera las cien mil pesetas. Marí explicó, además, que su desarrollo supondrá «problemas de aplicación y de injusticia en la práctica, ya que cualquier persona que demande una licencia de música, como una televisión, tendrá que instalar un sonómetro».
El primer teniente de alcalde, Pedro Campillo, anunció que no será hasta el año 2000 cuando se ponga en marcha el concejal de barrio y se impulsará la Participación Ciudadana.
El pleno rechazó las dos mociones del PP.La primera de ellas se refiría a la petición de que sea el Consell quien gestione el matadero insular. La concejala de Sanidad, Cristina Ferrer, explicó que esta decisión no se debe de tomar de «manera unilateral». La segunda propuesta se basó en la oposición a que se realice una vía rápida que conecte la ronda de ses Figueretes con la de Sant Jordi. A petición del PP, el pleno acordó que una calle del municipio lleve el nombre de la doctora Inmaculada Vieira, asesinada en Mozambique, afincada en Eivissa.
La moción de urgencia de la concejala de Ciudad Sostenible y Cooperación, Marta Roldán, para que se constituya un Fondo Pitiuso de Cooperación que permita financiar los proyectos de ayuda al Tercer Mundo contó con el apoyo del PP.
El pleno aprobó la propuesta de criterios sobre conocimientos de catalán que se exigirán en las pruebas selectivas de personal para el Ayuntamiento.