Los mayores de Eivissa demostraron ayer que todavía les queda mucha marcha en el cuerpo. La carpa municipal habilitada por el Consistorio en el paseo Vara de Rey de la ciudad se convirtió en una pequeña discoteca para un público muy especial: los jubilados. Desde las siete de la mañana, varios centenares de personas se acercaron, atraídos por la música de la orquesta Tanit, hasta el popular paseo para participar en el baile organizado por el Ayuntamiento.
A pesar de todo, en los primeros momentos la vergüenza pudo más que la voluntad y fueron pocas las parejas que se lanzaron a la pista de baile que se situó entre las sillas. Durante la primera media hora, sólo cuatro parejas se lanzaron a mover sus caderas, mientras que el resto les jaleaban cómodamente sentados. Algunos se lanzaron al ruedo sin pareja, bailando con un compañero o compañera imaginaria. Eso era lo de menos; algunos tenían más o menos estilo, pero todos pusieron igual gracia. La carpa municipal, donde se celebró esta fiesta para nuestros mayores, sirvió para cobijar del fuerte viento a todos los asistentes, que no fueron pocos.
Los cinco integrantes de Tanit comenzaron su recital con algunos pasodobles, aunque pronto cambiaron a sones más rumbosos, muy aplaudidos por el público más joven que tampoco quiso perderse el concierto. Las actividades del programa festivo de Navidad continuarán hoy con una tarde especialmente dedicada a los más pequeños. A partir de las seis de la tarde, está previsto que el grupo de cuentacuentos de Party Planet escenifiquen sobre Vara de Rey algunas de las historias más populares de la literatura infantil.