D.L.
El Pla de Ciutadella se convirtió ayer en un estallido de alegría
durante uno de los actos más esperados de las fiestas de Sant Joan,
los jocs que reproducen los antiguos torneos medievales.
Toda la emoción contenida durante la mañana se desató en la Plaza del Born, tras las palabras de invitación a la Corporación municipal pronunciadas, escuchadas en medio de un silencio vibrante de varios miles de personas, por el caixer senyor, Ricardo de Squella. La multitud profirió un grito de alegría y se aprestó a seguir los pasos de la colcada y los representantes del Ayuntamiento hasta el Pla de Sant Joan, escenario del épico enfrentamiento entre los cavallers.
Junto al puerto esperaban la llegada de la comitiva centenares de personas de todas las edades, que buscaban acercarse a los caballos, acariciarlos y hacerlos saltar. La banda interpretó las notas del jaleo, mientras los cavallers realizaban las protocolarias tres vueltas de caragol sobre la arena. Antes de los jocs se celebró la tradicional misa en el monasterio de Santa Clara, a la que acudieron todos los caixers montando sus cabalgaduras.