Después de pasar un mes aprendiendo en las escuelas de verano del Ayuntamiento de Eivissa, los cerca de 300 chavales que han participado en estas clases celebraron ayer por la mañana con una gran fiesta el fin de los cursos.
Desde las diez de la mañana, los chavales disfrutaron de varios espectáculos que ellos mismos habían preparado. Así, los pequeños demostraron a los monitores la manera correcta de bailar los éxitos del verano, como «La bomba», que sonó en repetidas ocasiones. Tras los bailes, los monitores prepararon un pequeño refrigerio para los alumnos a base de refrescos y patatas fritas. Las viandas duraron unos pocos minutos sobre la mesa. Estos pequeños han asistido durante todo el mes de julio a clases de manualidades, moldeado y otras actividades que combinan lo lúdico con lo educativo, como señala el coordinador de las jornadas, Toni Ribas. Durante las semanas que han durado las escuelas de verano los chavales han ampliado sus conocimientos de navegación por Internet e informática, como comenta Ribas.
Estas jornadas han contado, además, con la participación de 13 chavales con necesidades especiales, para intentar que todos los pequeños se habitúen a convivir con niños de su edad con problemas. Ahora comenzará en los próximos días el segundo turno de las escuelas de verano, que se prolongará hasta finales del mes de agosto, como señala el coordinador. Por delante quedan pues 30 días en los que los más de 30 monitores se las verán y se las desearán para evitar que se asome el más mínimo atisbo de aburrimiento entre los pequeños.