La Conselleria de Treball i Formació del Govern balear ha comenzado a actuar en las Pitiüses para solucionar el déficit en cuanto a inspecciones que denuncian cada año los sindicatos. Así, después de la firma de un acuerdo entre esta institución y el ministro de Trabajo del Gobierno central, Juan Carlos Aparicio, la Conselleria creó una comisión territorial de Balears, presidida por el conseller de Treball, Eberhard Grosske, que fija la metodología y los objetivos de actuación que en este campo tendrá el Govern.
De esta forma, desde la comisión se ha decidido instaurar un plan experimental en Eivissa para combatir la falta de control institucional. Este proyecto prevé el trazado de un plan de actuación específico para las Pitiüses que incluye el diseño de las actividades que se llevarán a cabo en Eivissa y Formentera para erradicar las infracciones laborales. No obstante, a pesar de que los sindicatos reclaman que la inspección tenga carácter residente en las Islas, este proyecto se conducirá desde la Conselleria del Govern en Palma. El secretario general técnico de Treball, Pere Mascaró, explicó a Ultima Hora Ibiza y Formentera que el problema de que se designe a un inspector para que trabaje de forma permanente en Eivissa radica en que «en lugares de poca población este tipo de iniciativas no son muy efectivas, ya que en un año lo reconocerían en todos los establecimientos».
Además, Mascaró subrayó que desde el Govern tienen previsto que los inspectores «se trasladen a Eivissa tantas veces como haga falta para poder acabar con las infracciones que se denuncian». Sin embargo, en la isla de Menorca sí han destinado una unidad de inspección de trabajo compuesta por un inspector y un subinspector que se instalarán de forma fija en la isla. Según Mascaró, «el funcionamiento de ambos sistemas se revisará a medio plazo y, según los resultados que ambos ofrezcan la Conselleria de Treball optará por uno u otro para unificar el tipo de inspección que se seguirá en Balears».