Los concejales del Partido Popular en el Ayuntamiento de Eivissa abandonaron ayer la sesión plenaria de la institución en señal de protesta por lo que consideran un «ridículo», una «farsa» y una «pantomima». El único punto del orden del día era el debate de las enmiendas que el PP había propuesto presentar a la moratoria urbanística del Consell. Sin embargo, la discusión hubiera sido estéril puesto que ya ha finalizado el plazo de presentación de alegaciones ante la institución insular.
Por ello, los ediles del PP criticaron la decisión del alcalde de Eivissa de demorar la convocatoria del pleno hasta ayer, cuando la oposición lo había solicitado el 24 de agosto, con tiempo todavía suficiente como para dar entrada en el Consell a una serie de propuestas de mejora del texto. Tras las explicaciones de la portavoz Virtudes Marí, que consideró que se ha producido «una grave dejadez de funciones» por parte del Consistorio y que achacó la no presentación de las alegaciones a los problemas internos del Pacte y la presión ejercida por el Consell, todos los miembros de la oposición se ausentaron de la sala de plenos.
A pesar de ello, el concejal de Urbanismo Joan Boned respondió a las críticas con el objetivo de que constaran en el acta. Boned explicó que el pleno se había convocado para cumplir estrictamente con la legalidad (ya que había sido reclamado por una cuarta parte de los miembros de la Corporación) y reiteró que la moratoria no tendrá consecuencias «excesivamente graves» para el municipio.