JAVIER RODRÍGUEZ " EFE
El presidente del Govern, Francesc Antich, dio ayer «totalmente por
cerrada» la coyuntura vivida esta semana a raíz de una supuesta
remodelación del Ejecutivo, reconoció que «lo que ha pasado no es
bueno y, como máximo responsable del Govern, debo espabilar para
que este tipo de situaciones no pasen».
Aunque recordó que el presidente tiene la capacidad para adoptar cualquier cambio dentro del Ejecutivo, «en estos momentos no tengo ninguna idea» ni intención de llevarla a cabo. Antich, no obstante, reiteró que tiene «cierta preocupación» por el trabajo desarrollado por Ferrer y Ramon en el último año y medio y que estas conselleries necesitan un «impulso» para llegar al nivel de eficacia del resto del gabinete.
Con motivo de una visita ayer a la feria TecnoTurística, Antich explicó que el viernes habló con el conseller de Obres Públiques, Josep A. Ferrer, y la consellera de Energia i Innovació, Misericòrdia Ramon. Los dos consellers «están totalmente dispuestos a hacer el trabajo que tienen que hacer para dar un nuevo impulso a estas dos conselleries, que era un poco la preocupación que yo tenía».
Antich se refirió a las «complicadas» materias gestionadas desde Obres Públiques, sobre todo en lo relativo a carreteras, pero «lo hemos hablado y, con la total ayuda del presidente, intentaremos dar un nuevo impulso a estas dos conselleries». También aludió a la necesidad de «trabajar» en coordinación «directa con el presidente» para tratar de dar «el máximo impulso» a cuestiones como las nuevas tecnologías y la sociedad de la información o temas «tan cruciales como el transporte público y las carreteras».
«Es cierto que yo he comentado mi preocupación por la actividad desarrollada por estos dos consellers pero eso no significa, de ninguna de las maneras, que tenga que destituirlos. No hay que confundir preocupación con hechos cerrados», señaló.