Las obras del dique de Botafoc comenzaron el pasado 19 de octubre de 2000, tras varios años de retrasos. Aparentemente estos trabajos eran la confirmación evidente de que el proyecto ya era un hecho. Las voces de la coordinadora contra la ampliación del puerto, que había encabezado la lucha contra un proyecto que calificaban de «aberrante», se acallaron y comenzó a escucharse el ruido de camiones, excavadoras y apisonadoras, que trabajan actualmente en la parte del plan que corresponde al vial de acceso.
Desde que se comenzó a hablar del proyecto, hace ahora diez años, el caso ha pasado por el Tribunal Superior de Justicia de Balears, se ha sometido a sendos informes, cuyos resultados, favorables a la construcción de esta obra, fueron acusados de partidistas y poco fiables por parte de sus detractores. Durante el proceso se llegaron a presentar hasta siete alternativas al proyecto inicial de Ports de Balears.
Finalmente, el Consell Insular d'Eivissa i Formentera y el Ayuntamiento de Eivissa dieron el visto bueno a la propuesta de la Autoritat Portuària, que consideraban justificable por los beneficios que supondría al puerto de Eivissa. Seguridad de las aguas interiores, mayor capacidad de atraque para cruceros y posibilidad de descargar combustible lejos del núcleo urbano fueron los argumentos esgrimidos por los sectores ibicencos partidarios de la obra. Els Verds y sobre todo el Grupo Verde fueron casi las únicas voces que continuaron protestando una vez aprobado el proyecto, mediante escritos y denuncias en Europa- Con la advertencia del Tribunal de Cuentas Europeo la situación toma un giro inesperado. El hecho de que se hayan encontrado irregularidades contables en la presentación del proyecto para obtener subvenciones puede costar la ayuda y paralizar el proyecto. Aunque la Autoritat Portuària cuenta con una segunda oportunidad, el hecho es que la tranquilidad de los últimos tiempos se va a ver claramente perturbada tras la aparición de las irregularidades.