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Experiencia de provecho

Así es como define David Alcaraz, un joven formenterés discapacitado, su paso por el Ayuntamiento aprendiendo un oficio

David Alcaraz se ha transformado en un joven responsable mientras hacía sus prácticas de ordenanza. Foto: G.R.

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David Alcaraz tiene 18 años y es una persona con algún tipo de discapacidad. Como estudiante del IES Marc Ferrer era un alumno problemático que hacía saleras, causaba conflictos y que no obtuvo su título al finalizar 4º de ESO. Hoy, tras medio año de trabajo en el Ayuntamiento de Formentera, David es otra persona, la gente le ve de forma distinta y, lo más importante, él se siente más integrado en la sociedad y cree en sí mismo y en sus posibilidades.

David ha sido el primer beneficiado en Formentera del FIOP, un curso de formación e integración en la ocupación pública para personas discapacitadas, y ha estado trabajando durante medio año en el Consistorio de Formentera. «Ha sido una experiencia muy provechosa para mí ya que aquí he hecho un poco de todo, al principio estuve en las dependencias internas haciendo fotocopias y más fotocopias, ordenando papeles, clasificando -afirma David Alcaraz quien señala que-, después ya he estado atendiendo en el mostrador, especialmente en temas relacionados con el padrón municipal y los certificados de residencia».

Para David ha sido muy interesante empezar a conocer los recovecos del funcionamiento municipal y lejos de escurrir el bulto «cada vez que no tenía nada concreto que hacer pedía que me dieran trabajo porque no quería estar de brazos cruzados». Alcaraz asegura que «lo que más me ha gustado es trabajar de cara al público porque lo de las fotocopias es un rollo, en cambio tratando con el público es otra historia».

Pero también tiene su lado menos gratificante, como los viajes a Eivissa una vez por semana para clases teóricas, o cuando en el Ayuntamiento «alguien se pone bambú y parece que quiera tomarte el pelo pidiéndote un certificado diciendo que son residentes y en realidad no lo son y, al final te acaban montando un pollo». «Eso no me ha gustado pero hay que aguantarse», explica. Cuando tenía problemas o dudas «consultaba con mis compañeros de trabajo» y, hablando de ellos, David afirma haberse sentido «muy a gusto» con ellos, sin haber tenido el más mínimo problema «y creo que ellos tampoco lo han tenido conmigo».

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