La tradición ha marcado un rumbo a partir del cual Eivissa ha escrito sus páginas de historia. Sobre dos elementos, la tierra y el agua, ha girado el modo de vida de la gente de la isla de que ésta se dejara seducir por las excelencias del turismo. Algunos, sin embargo, como Marcos Ferrer Guasch, no han renunciado a los métodos más primigenios en un tiempo en el que la automatización posibilitada por la maquinaria ha facilitado mucho la vida a los agricultores.
Por su parte, Emilio Benítez, presidente de la Cofradía de Pescadores de Eivissa, ha heredado las técnicas de pesca de bajura de otras generaciones y las acopla cada día que sale a faenar en la porción del Mediterráneo que rodea a la isla. Ultima Hora Ibiza y Formentera propuso a ambos que se explicaran sus respectivas tareas en los dos medios donde desarrollan su vida. Así, en el intercambio de impresiones, el campo y el mar se situaron frente a frente.
El encuentro se produjo un día de febrero por la tarde. Las 17'30 fue la hora elegida. El puerto deportivo de Santa Eulària des Riu el lugar donde se daría la explicación del primero de los dos oficios. Emilio Benítez acudió puntual. Allí esperó en la marra número 10, donde descansa su barco, «Tatu», cuando no faena. Minutos después llegó Marcos Ferrer con ganas de conocer cómo trabaja un pescador y las herramientas que emplea.
La primera anécdota la protagonizaron los dos. Ninguno sabía con quién había quedado. Cuando se vieron, una sonrisa se dibujó en sus caras. Se conocían. El entendimiento fue así más fácil y cordial y el encuentro comenzaba a ofrecer sus frutos. Emilio Benítez invitó de inmediato a su colega del campo a subirse a la embarcación. Acto seguido, el pescador comenzó a describir cómo faena. El pagès escuchó con atención e interrumpió en algunos momentos para asimilar mejor los conceptos que no le quedaban claros.