«Se trata (la actuación de 20.000 millones de pesetas) de un fraude atípico y singular relacionado con el incumplimiento de obligaciones fiscales básicas y no con actividades de narcotráfico o contrabando, como en ejercicios anteriores», dijo el director general de la Agencia Tributaria, Ignacio Ruiz-Jarabo, quien compareció en rueda de prensa para presentar los datos del pasado ejercicio junto al nuevo delegado de la Agencia en Balears, Ignacio Fernández Alegría.
El impacto de la elevada cantidad y el hecho de que no estuviera relacionada con incautaciones de drogas, que hasta ahora elevaban los resultados, disparó toda suerte de conjeturas sobre la identidad del (o los) defraudadores. Ruiz-Jarabo, no obstante, recordó que la entidad «tiene prohibido facilitar información sobre contribuyentes concretos», pero precisó que este fraude «atípico y singular» está supeditado a «una única actuación».
La operación inspectora en la que se encontró el fraude de 20.202 millones de pesetas significó un incremento en este capítulo del 350 por ciento respecto a los 5.715 millones catalogados como «resultados extraordinarios» en 1999, debidos en su mayoría a incautaciones de drogas ilegales. Además, la Agencia Tributaria de Balears ingresó en el 2000 un total de 7.727 millones de pesetas por recuperación de deuda con el fisco, casi un 6 por ciento más que el año anterior.
Los servicios de inspección detectaron el año pasado irregularidades y fraudes por valor de 49.621 millones de pesetas, un 34'5 por ciento más que en el ejercicio de 1999. En la campaña del 2000, informó Ruiz-Jarabo, en el archipiélago se efectuaron 311.703 declaraciones a Hacienda. «La Agencia Tributaria ha hecho un ejercicio óptimo», indicó su director general, quien señaló que en el conjunto del Estado se recaudaron 17'15 billones de pesetas, un 8 por ciento más que 1999, de lo que se deduce que «el contribuyente español cada vez cumple mejor con sus obligaciones».