Tienen entre 24 y 26 años, son ibicencos, les encantan los abuelos y desde hace apenas un año funcionan como empresa. Combinan su trabajo y vocación como auxiliares de enfermería, ellos, y enfermera, ella, en su recién creada empresa Cuidados de Enfermería a Domicilio, Ced.
«Como su propio nombre indica, en Ced nos dedicamos a realizar servicios de enfermería a domicilio y, aunque en un principio estaba pensado para la tercera edad, realizamos todo tipo de funciones y servicios técnicos como curas, extracciones de sangre o control de medicación. También damos respuesta a las necesidades básicas de muchas personas con problemas de movilidad: les hacemos y damos la comida y les ayudamos en su aseo personal», explica Mónica.
El origen de esta empresa, que da respuesta a una de las demandas sociales de mayor crecimiento en los últimos años entre la población de la isla, se remonta a enero de 2000. En esta fecha, Óscar y Adán se pusieron en contacto a través de una de sus profesoras de enfermería que conocía las inquietudes y los proyectos realizados por separado por cada uno de ellos en su etapa de estudiantes; Mónica, que conocía a Adán, más tarde. «Aunque la empresa como tal funciona desde hace un año, antes tanto Mónica como yo habíamos trabajado cuidando a abuelos porque nuestras madres lo hacían, por lo que ya teníamos unas nociones y sabíamos perfectamente lo que queríamos hacer», explicó Óscar.
El siguiente paso, tras la primera reunión y una vez perfilado el proyecto de su empresa, los tres jóvenes se asesoraron en materia empresarial acudiendo a la Caeb, «donde nos asesoraron y guiaron». Los tres jóvenes empresarios coincidieron en señalar lo lentos, complicados y caros que resultan ser todos los procesos burocráticos y papeleos necesarios para abrir: «Antes de que te den el sí ya tienes que pagar y al final todo resulta mucho más caro de lo que pensabas», admite Adán, quien al igual que sus compañeros echó de menos algún tipo de ayuda o subvención durante la gestación de su proyecto.
Actualmente Adán, Óscar y Mónica se encargan de dirigir y supervisar todas las actividades de Ced, donde trabajan diez personas «todas ellas cualificadas y con titulación profesional», que son las que se encargan de realizar los servicios a domicilio. A pesar de haber renunciado a muchas cosas y proyectos de futuro, estos jóvenes emprendedores están contentos con los resultados. «Ha merecido la pena. Animamos a la gente joven a que pregunte y se anime a hacer realidad sus proyectos e ideas, y también les decimos que el futuro no está sólo en el turismo, sino en sectores como al que nosotros hemos dado una cobertura que no existía anteriormente».