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En busca del equilibrio corporal

Diez alumnos de violín del Conservatorio perfeccionan su técnica en un curso impartido por el profesor especial Josep Lluís Puig

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Para Joan, «la colocación de la mano relajada, sin hacer fuerza» es lo más difícil y en lo que ayer más hizo hincapié el profesor especial de violín del Conservatorio de Sabadell, Josep Lluís Puig. Lorena, otra de las alumnas del Curso de Técnica Violinística, señaló que además de relajar sus manos también «es importante permanecer erguida y con el cuerpo compensado a la hora de interpretar las piezas».

Estos dos puntos, la colocación de las manos y la pose del cuerpo, son, según señaló el profesor Puig, la base de la interpretación del violín para estar libre: «Se trata de que los alumnos consigan el equilibrio corporal además de dominar las herramientas fundamentales para desarrollar la técnica de la escuela francesa de Dominique Hoppenot», principios en los que se basa este virtuoso maestro a la hora de perfeccionar los conocimientos de sus alumnos.

Tanto Josep Lluís Puig como David Gómez, el profesor de violín del conservatorio ibicenco, coincidieron al señalar que otro de los objetivos de este seminario de 20 horas es que los alumnos se conozcan entre sí y profundicen en su relación con el resto de sus compañeros para que comparen e intercambien impresiones a la hora de manejar el instrumento. «Normalmente realizan clases individuales y en sesiones en las que se ven condicionados por otros compromisos que hacen que esas horas no resulten tan relajadas y gratificantes como estas», señaló Gómez.

El profesor invitado señaló que este cursillo, que continúa hoy y mañana en sesiones de ocho horas repartidas en horario de mañana y de tarde, «es básicamente práctico». El procedimiento es muy sencillo y a la vez didáctico. Se basa en escuchar y supervisar la interpretación de cada alumno «para ver el nivel que tiene y adaptar cualquier dificultad técnica que surja para comprender, desde el punto de vista de un movimiento natural de nuestra anatomía, cómo corregir ese error», matizó Puig. «La pose es un proceso evolutivo que cada violinista tiene que ir aprendiendo poco a poco. Es un procedimiento interior que depende de cada uno».

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