El conseller d'Urbanisme del Consell Insular, Josep Marí Ribas, aseguró ayer durante un pleno extraordinario en el que se debatía la actuación del equipo de gobierno del Pacte Progressista en materia de disciplina urbanística que se había producido un cambio de línea importante en relación con el Partido Popular y que se acabaría la legislatura cumpliendo los compromisos del programa electoral. Marí Ribas argumentó que uno de los casos en los que se puede ver que el Pacte está protegiendo el territorio es en la presión que sufre el suelo rústico. En este sentido, el conseller explicó que mientras que en 1999 habían llegado a la Comisión Insular de Urbanismo (CIU) 235 expedientes de construcción en suelo rústico y 312 en el año 2000, en lo que iba de año 2001 sólo habían entrado once.
El conseller del grupo mixto, Joan Buades, que fue quien suscitó el debate a través de una moción de control, utilizó esa misma estadística para denunciar que el año 2000, el primero completo del gobierno de los progresistas, fue «un año récord de construcción». Buades aludió a informes del propio Govern balear y del Colegio oficial de Aparejadores en los que se reconoce que los resultados de las moratorias han sido «irrisorios».
Buades señaló que desde que el Consell Insular recibió las competencias en esta materia, hace ya once años, la institución sólo ha puesto quince multas, de las cuales sólo se han pagado seis. El conseller puso ejemplos de la desidia de la institución como la anunciada demolición de la discoteca Trance Dance (cuyo expediente se remonta al año 1995) o el funcionamiento de canteras ilegales denunciadas desde el año 1992.
Marí Ribas respondió que la tramitación no siempre es sencilla y que el Consell sólo puede actuar cuando los ayuntamientos no lo hacen. Además, garantizó que mientras gobierne el Pacte se cumplirá escrupulosamente la legalidad.