El Consell Insular podrá ejecutar la adecuación del vertedero de Roca Llisa «de forma subsidiaria» y, posteriormente, pasar la cuenta de los gastos «a los responsables», según se establece en la disposición transitoria segunda del Plan Director Sectorial de Residuos Sólidos Urbanos de las Pitiüses, que entró en vigor el pasado 14 de abril tras ser publicado en el BOIB. Desde esa fecha, la institución insular tiene 20 meses de plazo para acondicionar el vertedero, es decir, hasta diciembre de 2003.
El «responsable» que en la práctica podría hacerse cargo de la factura de la adecuación es la empresa Herbusa, propietaria de los terrenos donde desde los años sesenta se vierten los restos que generan los ibicencos. El basurero carece de permisos, ha sido denunciado por diversos colectivos y la Unión Europea considera su situación como inaceptable debido a sus numerosas deficiencias, hasta el punto de que este asunto ha sido remitido por la Comisión Europea al Tribunal de Justicia Europeo.
Esa disposición transitoria podría ser utilizada por el Consell Insular como arma de presión para hacerse con los terrenos del vertedero a un precio ventajoso. En la «propuesta resumen» de este plan se calculaba que el «precio justo» por la adquisición del basurero ascendía a 590 millones de pesetas. También se señalaba que la adecuación costaría alrededor de 259 millones de pesetas, factura que el Consell Insular podría pasar a Herbusa en caso de que ambas partes no lleguen a un acuerdo.
En marcha el concurso para acondicionar el
vertedero
El Consell Insular pitiuso ya está trabajando en la elaboración de
los pliegos de condiciones del concurso que convocará para el
acondicionamiento del vertedero de Roca Llisa, que aún es propiedad
privada. Desde la institución se recuerda que el vertedero es un
servicio público, así como que la expropiación de los terrenos
sería una actuación lícita.