Trescientos quince vecinos de Sant Joan han firmado una solicitud para que sea retirada una antena de telefonía móvil situada en las inmediaciones del colegio público de la localidad. A juicio de quienes suscriben el documento, la elección del emplazamiento «no ha podido ser más desacertada, pues supone una amenaza constante para la salud de los niños que allí deben permanecer, sin posibilidad de elección, un considerable número de horas». La antena está colocada cerca del patio de recreo y de las aulas de los alumnos más pequeños del centro.
La recogida de firmas fue iniciada por Peter Brantschen, un suizo que regenta un establecimiento de agroturismo. El pasado cuatro de abril, la asociación de padres de alumnos del colegio se adhirió a la campaña de Brantschen, ante el temor de que sus hijos se vean afectados por las radiaciones continuas que produce la instalación, propiedad de Telefónica Móviles. La petición para que se retire la antena fue remitida ayer a la empresa junto a las 315 firmas de los vecinos. En la carta se ruega a Telefónica Móviles que «haga un esfuerzo especial para cambiar el emplazamiento de la antena a otro lugar donde la salud de los niños no se vea comprometida». Los vecinos exigen que, como mínimo, la instalación se sitúe a 500 metros de cualquier lugar habitado.
Según explicó ayer Peter Brantschen, la antena de telefonía móvil fue instalada en el pueblo hace cuatro años, en unos terrenos adquiridos por la empresa. El permiso fue otorgado por el anterior equipo de Gobierno. Aunque aún no se ha determinado con exactitud si las radiaciones emitidas por las antenas de móviles son peligrosas para la salud, los 315 vecinos de Sant Joan señalan en la petición remitida a Telefónica Móviles que determinados estudios científicos «avalan que los campos electromagnéticos relativamente débiles producen modificaciones biológicas en el cuerpo».