La ONG Ayuda Sanitaria Balear (Asbal), constituida en Eivissa hace dos años para ayudar a los poblados indígenas de la zona selvática de Perú, ha cumplido su misión en los tres proyectos que desarrolló en aquel país durante 2000. Ahora les queda continuar con la labor, canalizada a través de los misioneros jesuitas que se encuentran en la zona, para lo que han trazado dos nuevos proyectos.
Como organización adscrita al Fons Pitiús de Cooperació, sólo le queda recibir el visto bueno. Agustín Arguedas es el responsable de haber sacado a flote a Asbal, actualmente compuesta por 150 socios. Un policía local que dedica su tiempo libre a hacer un guiño a los que le necesitan en Perú. Cada año desde hace cinco viaja durante períodos de tres meses a la zona para supervisar que las ayudas cumpla su cometido: aliviar la situación de pobreza por la que atraviesa la población indígena.
«Nada sería posible sin la colaboración desinteresada de nuestros 150 socios, que aportan 5.000 pesetas anuales para ayudar a un colectivo que lo necesita de verdad. Echamos en falta a más jóvenes que quieran ayudar, no es un tema de dinero, sino de solidaridad hacia la comunidad indígena peruana». Agustín Arguedas viajará de nuevo a Perú dentro de unos meses. Allí supervisará las tareas desplegadas. Medicamentos, botiquines y material didáctico centran los esfuerzos de Asbal. «Cuando voy a Perú viajo con una mentalidad y regreso con el chip cambiado. Están acostumbrados a vivir con austeridad, incluso sin luz eléctrica. Pero es su manera de vivir y eso no lo queremos cambiar, nos adaptamos a sus creencias y costumbres echándoles una mano. Incluso los misioneros lo hacen».