Los cambios climatológicos fueron los protagonistas de la celebración del día del Carmen ayer en las Pitiüses. Ni los marineros más experimentados recordaban una jornada de celebración tan pasada por agua durante las horas matutinas como la de ayer, en la que en un primer momento se habían suspendido las procesiones marineras y en la que hubo que echar mano de la improvisación. En Formentera la misa de la mañana, que comenzó en el exterior de la Casa del Mar, finalizó en el interior del edificio y en Eivissa la tradicional misa del muelle de Sa Riba se trasladó a la iglesia de Sant Elm. Los continuos aguaceros anunciaban en un principio la suspensión de todas las travesías marineras de las Pitiüses pero al final sí se llevaron a cabo.
En Eivissa las celebraciones comenzaron por la mañana con la inauguración de una exposición marinera en la sede de la Casa del Mar, lugar en el que se reunieron los socios del Club de Jubilados para participar en una comida de confraternidad que se celebró en Sant Antoni para celebrar a su patrona.
Los actos más significativos tuvieron lugar por la tarde ya con el cielo despejado e incluso con la irrupción de rayos de sol, algo que parecía impensable unas horas antes. La misa principal se desarrolló en sant Elm y fue oficiada por el obispo, Agustín Cortés. El acto fue seguido por cientos de personas entre las que figuraban la directora insular de la Administración General del Estado, Marienna Sánchez Jáuregui, el vicepresidente del Consell, Vicent Tur, el comandante militar de Marina, José María Mora y Cayetano así como varios miembros de la corporación municipal.
Con un retraso de casi una hora sobre el horario previsto la imagen de la patrona de los marineros se reencontró con cientos de fieles , que la recibieron con aplausos, y curiosos en las calles de la Marina. La procesión, flanqueada por la Banda Ciutat d'Eivissa, se dirigió hasta la plaza del Obelisco, donde el barco 'Rafael Llopis' y su tripulación aguardaban la llegada de la imagen de la santa para iniciar el tradicional recorrido hasta altamar con el homenaje a los náufragos seguido por el'Ereso' en el que iban las autoridades.