En el mantenimiento de las depuradoras pitiusas se invierte un 30 por ciento menos de lo necesario. Como consecuencia, las instalaciones están en muy mal estado y producen unos olores nauseabundos que deterioran el bienestar de la población que reside en los alrededores. Estas son algunas de las conclusiones de una auditoría externa encargada por la Conselleria balear de Medi Ambient sobre el estado de las estaciones depuradoras de aguas residuales (Edar) de las islas, que en el caso de Eivissa funcionan, todas, deficientemente.
Según confirmó el director territorial del Instituto Balear de Saneamiento (Ibasan), Ramon Mayol, cuando en 1995 se sacó a concurso la gestión de las depuradoras, el Govern rebajó un 30 por ciento el coste de mantenimiento respecto al pliego anterior: «Era un pliego de condiciones a la baja», explica Mayol.
El siguiente concurso tuvo lugar en 1999, poco antes de las elecciones municipales y autonómicas. Entonces no hubo apenas modificaciones en el pliego, de manera que el gasto destinado a mantenimiento seguía siendo insuficiente.
El problema, según destaca Ramon Mayol, es que esos contratos estarán vigentes hasta el año 2003: «Nosotros no podemos rescindirlos ni modificarlos». Lo único que está al alcance del Ibasan es «aumentar las partidas en mantenimiento» por su cuenta.