El director general de Residuos, Nicolau Barceló, confía en que Ca na Negreta y Reciclajes Ibiza puedan comenzar a funcionar en el plazo de dos semanas, según aseguró ayer a través de su gabinete de prensa. Hace quince días, la Conselleria balear de Medi Ambient ordenó el cierre cautelar de ambas instalaciones, las únicas de las Pitiüses dedicadas al desguace y al tratamiento de residuos peligrosos, por «gestionar residuos peligrosos en condiciones inadecuadas y sin tener autorización». La decisión dejó a las islas sin los únicos lugares (en Sant Rafel, junto a la discoteca Privilege) donde hasta el momento se han concentrado la chatarra, los electrodomésticos usados y las baterías, filtros del aire y aceites de los automóviles.
El optimismo de Barceló es consecuencia de que ambas empresas están tramitando «rápidamente» la documentación que necesitan para gestionar ese tipo de residuos, y a que han acelerado las obras para «adecuar sus instalaciones a la normativa». El precinto de los recintos no impide a sus propietarios acceder a ellos para adecentarlos y para aplicar las mejoras sugeridas desde la Conselleria de Medi Ambient.
Un portavoz de Ca na Negreta confirmó ayer que a finales de la próxima semana prácticamente habrán concluido las obras reclamadas desde Medi Ambient. Éstas consisten en el hormigonado de la zona (para evitar que el aceite se filtre en la tierra) y en la construcción de una nave para almacenar con seguridad las baterías de los automóviles. Mientras prosigue el acondicionamiento de las instalaciones, a sus puertas se continúan acumulando desperdicios, como electrodomésticos de todo tipo y dos cajas de pilas, que pesan alrededor de 40 kilos cada una.