Sven Krüstel, un percusionista habitual en los últimos veranos en numerosas fiestas en solitario y como acompañante de distintos pinchadiscos de la isla, ha decidido este año arriesgarse y probar suerte en la isla en otoño actuando los viernes en El Divino acompañando a varios disc-jockey residentes. «Es la primera vez que paso el otoño en Eivissa y creo que va a ser perfecto», confesó. Viajero e inquieto, este treinteañero tiene infinidad de vivencias a sus espaldas, todas ellas relacionadas con la música, elemento que da sentido a su vida desde hace siete años.
«Descubrí la percusión en una fiesta trance y me enganché», recuerda Sven, que ha experimentado con tambores y timbales de manera autodidacta, creándose a sí mismo. Sven señaló que tener un buen oído y un interior limpio y puro son las cualidades necesarias para ser un buen percusionista: «Es muy importante exteriorizar lo que se siente y para ello es importante la purificación interior», explicó.
«Mi música es acción y reacción y está llena de buena energía y de sentimientos», especificó Sven, quien ha cambiado el ambiente frío de su Alemania natal por la calidez de Eivissa: «En Alemania el trato de las personas es un poco frío, por eso prefiero Eivissa, porque la gente es mucho más abierta y porque la isla es muy cosmopolita y tiene su magia», confesó.
Después de realizar varias actuaciones en fiestas en Lucifer, Guaraná de Santa Eulària, y Morgana como acompañante en varias fiestas en clubes, Sven debutará mañana por la noche en El Divino tocando los bongos, el snare y el 'djembé' (tambor de origen africano) hasta que el cuerpo aguante. Su intención es poner un ritmo frenético a los fines de semana.