Una treintena de playas de la isla de Eivissa ha perdido arena en cantidades considerables durante el pasado temporal. Las más afectadas se encuentran en el norte de la isla, donde la tormenta y los fuertes vientos se llevaron, como mínimo, el 70 por ciento de la arena en la que en verano miles de turistas se tumban a tomar el sol. Y parece que no va a ser fácil consensuar una solución para que esas playas vuelvan a ser las de siempre.
La Demarcación de Costas de Balears, organismo que depende del Ministerio de Medio Ambiente y competente en la zona de dominio público-terrestre, está estudiando la solución concreta más adecuada para cada playa afectada. Sin embargo, no tiene plena capacidad de actuación. La Conselleria balear de Medi Ambient ya ha advertido de que no dará el visto bueno a la regeneración de las playas dañadas con arenas procedentes de otros yacimientos que no se hayan visto afectadas por el temporal. Es decir, no habrá trasvase de arena de una playa a otra, de una isla a otra.
La negativa de Medi Ambient es totalmente comprensible, según el director general de Litoral, Onofre Rullán, que recordó que entre los acuerdos programáticos del Pacte de Progrés se encuentra el rechazar regeneraciones artificiales en playas de las Islas que puedan provocar algún impacto sobre el fondo marino. Rullán añade que la Conselleria que dirige la ecologista Margalida Rosselló sí estaría de acuerdo con resituar en las playas aquella arena que se ha removida con el temporal, después de haber sido recompuesta. Para garantizar su fijación y evitar que vuelva a perderse, Medi Ambient apuesta por instalar elementos mecánicos.
Los daños ocasionados en las playas se deben, según Jaume Servera, profesor del departamento de Ciències de la Terra en la Universitat de les Illes Balears causados por su baja capacidad para soportar el temporal. Si la costa se encontrara en estado natural, añade este geógrafo, no hubiera sufrido tantos daños.
El Govern balear apuesta por la regeneración natural del
bosque
Dejar actuar a la naturaleza con su propia sabiduría. Esta parece
ser la apuesta política de la Conselleria de Medi Ambient para el
proceso de reforestación que quiere propiciar en los maltrechos
bosques de Balears, asolados por el fuerte temporal de los últimos
días. En otras palabras, permitir que el propio proceso de
regeneración natural que va a sufrir en los próximos meses los
bosques de pino, por medio de las semillas que existen sobre el
terreno, sirvan como caldo de cultivo para la replantación del
bosque. Así lo reconoció ayer la consellera de Medi Ambient,
Margalida Roselló. Una apuesta que cuenta además con el beneplácito
del Grup d'Ornitologia Balear (GOB) y que irá acompañada, como
primera actuación, de una recogida intensiva de los árboles,
arbustos y ramas que han resultado destrozados.