Una sala, una cabina de madera oficial, cuatro pájaros y un juez. De fondo, el público asistente, en su mayoría criadores con aspiraciones a llevarse el título por equipos e individual. El Ibiza Club de Campo celebró ayer el primer día del concurso de canto timbrado español organizado por la Sociedad Ornitológica de Ibiza y Formentera. Un fin de semana en el que participan 128 pájaros y 12 profesionales. La novedad pasa porque es la primera en Eivissa que se enjuicia a los concursantes en un habitáculo con ventana, algo que permite ver las evoluciones de los pájaros y escucharles a la vez.
Fausto Rodríguez de Viguri Escobar. Este es el nombre del juez de la Federación Ornitológica Cultural Deportiva Española que ayer comenzó a evaluar, partir del patrón de puntuaciones oficial, la calidad de los cantos timbrados de los pájaros de las Pitiüses que se presentan al concurso. Califica de dos formas; una individual y otra por equipos. La primera se desarrolló ayer desde las 9 de la mañana hasta última hora de la tarde. La de por equipos ocupará toda la jornada de hoy. «Tanto en una modalidad como en otra me presentan los pájaros en lotes de cuatro. La Federación tiene una estándar asignado a cada canto con notas positivas y negativas y partir de aquí fijo las calificaciones. Es mejor hacerlo en cabina porque en una habitación las condiciones acústicas son peores».
El juez tiene entre 20 y 30 minutos para tomar su determinación al respecto de cada serie de cuatro pájaros. Mientras dura el proceso, las luces del exterior tienen que estar apagadas y los presentes en la sala en riguroso silencio. La armonía queda interrumpida en un momento puntual por el ruido de un timbre, el que pulsa Fausto para indicar que ha finalizado la evaluación. Acto seguido el concursante se levanta para retirar sus pájaros y para recoger la ficha con las notas.