El temor a que el virus de la gripe desborde las consultas de urgencias sanitarias preocupa a los médicos, sobre todo el servicio de Urgencias del hospital Can Misses. Sin embargo, aún no se han registrado casos de gripe, aunque sí otro tipo de complicaciones relacionados con neumonía y bronquitis. Un médico de un centro de salud de Eivissa constataba ayer que se ha registrado un aumento de este tipo de problemas durante el invierno en comparación con otras temporadas. Al contrario que en la península, donde la gripe ya ha empezado a hacer estragos, no se espera que el virus llegue a Eivissa hasta final de mes cuando ya se ha producido el regreso a Eivissa de muchos trabajadores procedentes de la península.
Las condiciones climatológicas de la isla, la excesiva humedad ambiental y las bajas temperaturas tampoco contribuyen a facilitar la curación de los procesos gripales. Quien más teme la avalancha de casos de gripe es el servicio de urgencias del hospital Can Misses de Eivissa. El coordinador de este servicio, Carlos Rodríguez Ribas, mostró su preocupación porque se sature Urgencias a finales de mes, sobre todo si se tiene en cuenta que la media diaria de casos que se atienden es de 120. «Estamos superando todos los límites», subrayó Rodríguez Ribas. Urgencias padece un problema endémico: muchos pacientes recurren directamente a este servicio en lugar de ir a su médico de cabecera. «Aquí falla algo», comenta Rodríguez Ribas.
Pese al temor existente, la gripe no ha llegado a pisar suelo en las Pitiüses. El control del virus se hace a través de dos sistemas paralelos: El servicio de vigilancia epidemiológica específico para la gripe de la Conselleria de Salut y la red de vigilancia de médicos que notifican los casos, cuyo centro de referencia es el instituto Carlos III de Madrid. La función del servicio de vigilancia epidemiológico, donde participan 27 médicos de Balears, tres de ellos de los centros de salud de Can Misses, Es Viver y Sant Antoni, es recoger los datos de manera exhaustiva sobre los casos. Además, se recogen cinco frotis de faringe y se envían a Son Dureta donde se analiza y determina qué tipo de virus es.